A 25 kilómetros de la ciudad de Barcelona, enclavado entre el Parque del Garraf y el mar Mediterráneo, se encuentra el restaurante Vegans N’Roses. Se trata de un local desenfadado que desde julio de 2015 ofrece una alternativa 100% vegana en Port Ginesta, donde las pizzerías y marisquerías son mayoría.
“Me di cuenta de que un trabajo no podía ser solo un trabajo, tenía que tener la sensación de que hacía algo más para cambiar el mundo”, explica Ester, la propietaria del restaurante, quien es vegetariana desde hace 22 años y vegana desde los últimos seis.
”Pretendo animar a las personas para que se acerquen al veganismo, que conozcan qué es ser vegano y qué hacemos, y que vean que sabemos divertirnos”, dice esta mujer comprometida con la defensa de los animales y del medio ambiente
Tras disfrutar del sol y la brisa marina, me adentré en el restaurante. Nada más cruzar la puerta me di cuenta de que Vegans N’Roses era único. En una amplia sala diáfana, se distribuían mesas y sillas antiguas con manteles y cubertería variopintos. Techos altos, grandes ventanales y cortinas rojas. Rita, una adorable perra, observaba todo lo que allí acontecía y agradecía todo mimo.
Había pequeñas montañas de libros -que te puedes llevar gratis- y un armario con ropa de segunda mano a cinco euros la prenda. El dinero recaudado con la venta de ropa y con las propinas se destina a organizaciones animalistas o refugios.
En una cocina a la vista, Ester prepara comida casera mediterránea con ingredientes de calidad -la mayoría son ecológicos y de proximidad-. “La gastronomía mediterránea ayuda a que la gente se acerque al veganismo, muestra que no es nada exótico”, afirma.
“Cada domingo venía un cliente a comer estofado de garbanzos con chorizo hasta que un día me contó que le gustaba que en un restaurante vegano hubiera un plato que no lo fuera. Le dije que todo era vegano y se quedó sorprendido. No volvió a venir. Creo que por vergüenza”, cuenta Ester.
Aquel domingo caluroso que visité Vegans N’Roses empecé con un zumo de frutas naturales de temporada y una logradísima tortilla de patatas, hecha con una mezcla de harina de garbanzos y maíz. Seguí compartiendo macarrones con salsa boloñesa vegana con levadura de cerveza por encima a modo de queso y una rica lasaña de la casa con relleno de ‘carne vegetal’ y verduras. Y acabé -muy llena- con un bocadillo de hamburguesa de la casa elaborada con arroz integral, pipas de girasol y calabaza, patatas, cebolla, hierbas y levadura de cerveza, y acompañada de cuscús de verduras.
“En Vegans N’Roses acabamos con muchas superficialidades. La prioridad es la calidad de la comida, no lo bonito que está en el plato o la mesa que hemos comprado”, explica Ester. No solo hay sitio para la comida: el restaurante es también un espacio cultural y lúdico donde hay conciertos, teatro y cine. “La idea es que la gente se sienta como en casa”, dice. Lo consigue.
- Nombre y dirección: Vegans N’Roses (Port Ginesta, Passeig Marítim s/n, Castelldefels).
- Carta: Cremas y sopas, patatas con distintas salsas, tostadas, hamburguesas, pasta, arroces, lasaña, platos de legumbres con verduras o chorizo vegano, fricandó de seitán, combinados macrobióticos y dulces, entre otros.
- Servicio: Atento y amable.
- Cocina/Ingredientes: Versiones veganas de la cocina mediterránea. La mayoría de los productos son ecológicos y de proximidad.
- Sala: Ambiente muy tranquilo y agradable con buena música. Los animales no humanos también son bienvenidos.
- Calidad/Precio: Muy buena.
Autora: Cristina Fernández, Periodista & Blogger, www.paladarvegano.blog
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Publicado en Bueno y Vegano Enero 2019
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