Muchos veganos “éticos” consideran frívolo hablar de los beneficios sobre la salud que ofrece una dieta 100% vegetal y creen que esto no es solo no relevante, sino que “interfiere” con la finalidad del veganismo, que es terminar con la opresión que sufren los animales a manos del ser humano. En este sentido, consideran que cualquier alimento que no lleve ingredientes animales y no haya sido probado en animales, es apto para ser incluido en la dieta; y no tienen en cuenta otras consideraciones. ¿Cómo es la dieta del activista vegano?

La dieta del activista vegano

Algunos activistas se alimentan predominantemente con productos procesados de mala calidad nutricional, como ciertas hamburguesas veganas, pan blanco, arroz blanco, bollería vegana, patatas fritas, helados veganos, quesos y embutidos elaborados con grasa de coco, batidos y postres de leches vegetales con chocolate y azúcar y mayonesa y margarina veganas. Cada vez es más fácil encontrar sustitutos veganos de productos de este tipo que antes llevaban ingredientes de origen animal, por lo que encontrar personas que siguen dietas así empieza a ser frecuente.

Una buena alimentación es uno de los factores que más van a influir en que vivamos más tiempo y más sanos, y hoy nadie pone en duda que esto se consigue comiendo más frutas, verduras, legumbres y frutos secos, y sustituyendo los cereales refinados por integrales. Las dietas ricas en cereales refinados, patatas fritas, bebidas azucaradas, salsas, otras grasas, bollería y dulces conducen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer con la misma frecuencia con la que lo hacen las dietas ricas en alimentos animales.

Como vegana o vegano, quieras o no, estás bajo el escrutinio de familiares, amigos e incluso de la sociedad en general

No pretendo vivir 100 años, sino acabar con el especismo” es una declaración que he oído muchas veces al hablar de alimentación saludable en grupos de activistas por los derechos de los animales.

¿Quieres vivir 100 años?

Respetando profundamente el que cada uno cuide su salud tanto o tan poco como quiera, me gustaría que considerases el impacto que puede tener llevar una alimentación que sea no solo vegana, sino también saludable, sobre tu activismo, y lo efectiva que puede ser esta estrategia para conseguir que el veganismo se generalice y acabemos con el sufrimiento animal mucho antes:

  • Aunque para ti la salud no sea importante, para mucha gente sí lo es. Una de las críticas que se hacen al veganismo y que aparece periódicamente en todos los medios de comunicación es que es una alimentación “deficitaria y desequilibrada”. Como vegana o vegano, quieras o no, estás bajo el escrutinio de familiares, amigos e incluso de la sociedad en general. Si desarrollas un problema de salud a causa de una mala alimentación no dudes que mucha gente va a usar esa circunstancia como excusa para jamás dejar de comer carne y queso. Nadie va a analizar si tu dieta era adecuada o no, les basta con saber que era “vegana” y van a respirar mucho más tranquilos. ¡Problema resuelto! Ellos aman a los animales y dejarían de comerlos si pudieran, pero “mira lo que le pasó a tal persona que era vegana y tuvo anemia, hipotiroidismo o se le retiró la regla”. Cuando estás sano, activo y lleno de energía eres un ejemplo para otros e impides que este mito se siga propagando.
  • Si tu alimentación es mala tu salud se va a resentir inmediatamente y eso va a disminuir tus posibilidades de trabajar efectivamente por los animales. Muchos activistas se enfrentan con imágenes terribles de animales maltratados como parte de su trabajo, lo que puede conducir a la depresión y al aislamiento social si no tenemos una buena red de apoyo. Pero la dieta también nos ayuda a tolerar mejor estas dificultades. Los antioxidantes presentes en frutas y verduras disminuyen el riesgo de depresión y estabilizan el ánimo. Al exponernos con moderación al sol regularmente producimos vitamina D, que regula nuestro ánimo, e influye en nuestra salud general. Si esto no te es posible, considera tomar un suplemento de vitamina D. Así mismo, es fundamental que tomes regularmente tu suplemento de vitamina B12, pues su carencia, incluso leve, produce daños cerebrales graves.

La dieta del activista vegano

¿Significa esto que no puedo tomar más hamburguesas veganas? Sí, puedes tomarlas, así como salchichas y embutidos y otros preparados veganos que te gusten. Pero puedes hacerlo de forma que tengan el mínimo impacto negativo en tu dieta general y en tu salud; aquí van algunos trucos.

¡Activista vegano! Consejos para llevar una dieta saludable

  1. Elige productos de buena calidad: busca aquellos elaborados con tofu, seitán o soja texturizada, y evita los que lleven aceite de coco o de palma y los que contengan mucha sal (deben llevar menos de 2g/100g).
  2. Compénsalos” tomando un extra de verduras y frutas en la comida siguiente o al día siguiente. Si puedes, todavía mejor si lo haces en la misma comida; por ejemplo acompañando la hamburguesa con patatas con unos espárragos a la plancha o con una ración de pisto.
  3. El día que comas un helado o algo de bollería, hazlo al mismo tiempo o después que otra comida, a ser posible una que sea rica en proteínas. Esto hará que absorbas más lentamente el azúcar y que no produzcas un exceso de insulina.
  4. Mejora tu dieta de base, es decir lo que comes cada día en casa. No pasa nada por comer 1-2 hamburguesas y un helado a la semana si el resto de la alimentación incluye muchas verduras, ensaladas y legumbres y poco o nada de azúcar. Es lo que comemos a diario lo que marca la diferencia. Busca platos preparados o alimentos veganos sencillos y rápidos que te gusten y sean además nutritivos: el hummus es uno de los más fáciles de encontrar y va con todo (con pan, con verduras al vapor o asadas, con zanahorias crudas, o simplemente a cucharadas). La mantequilla de cacahuete (sin azúcar ni grasas añadidas) es otra buena aliada para untar sobre pan, comer con fruta y añadir a batidos. Si te gustan los snacks salados, come aceitunas, cacahuetes y frutos secos (tostados, no fritos); también puedes tomar nachos de maíz con guacamole (y aún mejor, con guacamole y frijoles refritos). Si te gustan los dulces ten siempre a mano higos secos, dátiles y orejones de albaricoque. Si te gusta el chocolate, cómpralo negro. Además de que la mayoría son veganos por defecto, la concentración de cacao (rico en antioxidantes) es mayor y la de azúcar menor. Si lo encuentras difícil empieza con un chocolate de cacao 50% y pasa progresivamente al de 70-75%.
  5. Trata de reemplazar el pan blanco por pan integral. Si compras pan de molde, verás que el integral tiene la misma consistencia y que el sabor, cuando lo hayas comido unas cuantas veces, es mucho mejor. Poco a poco haz lo mismo con la pasta y el arroz. El arroz vaporizado está precocido y se prepara enseguida, pero conserva los nutrientes del arroz integral. Si no te gusta la pasta integral come de vez en cuando pasta de lentejas rojas o de otras legumbres, la consistencia es la misma y el sabor es muy bueno y así comerás sin darte cuenta más legumbres y menos cereales refinados.
  6. Usa a menudo levadura nutricional en tus comidas. Además de dar sabor a verduras, arroces, pastas y sopas, proporciona una gran cantidad de vitaminas del grupo B, proteínas, hierro y zinc y nos ayuda a “compensar” una comida desequilibrada, especialmente si tienes que comer fuera de casa a menudo.

Autora: Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra

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¿Qué es una dieta vegana y para quién es apropiada?