La negligencia de la comunidad internacional en ocuparse del bienestar animal se refleja en graves consecuencias no solamente para el bienestar animal, sino también para la salud humana.
Un tratado para proteger el bienestar animal
El riesgo de contraer enfermedades zoonóticas está estrechamente relacionado con el comercio de vida silvestre, la destrucción de hábitats naturales y otras formas de contacto de alto riesgo con animales enfermos, que son maltratados por el ser humano. En este sentido, la cooperación global a través de un tratado para proteger el bienestar animal es un paso necesario para mitigar el riesgo de futuras pandemias, dado que hoy en día existe una necesidad urgente de mejorar la salud animal y su protección alrededor del mundo. Debido a que muchos países no cuentan con una legislación que proteja a los animales, de acuerdo al Instituto de Derecho Global de los Animales por sus siglas en Inglés GAL, hasta un 38% de los países en el mundo carecen de legislación de bienestar animal y un 42% del resto de los países solo cuentan con una legislación de protección animal donde se protege a ciertas especies. Además, cabe mencionar que las sanciones por maltrato animal son meramente simbólicas y no demuestran, en su mayoría, la seriedad del delito. La gran laguna jurídica en todo esto es que no existe una verdadera protección internacional hacia los animales.
Convención sobre Protección Animal – CAP
La Convención sobre Protección Animal CAP (Convention for Animal Protection) por sus siglas en inglés es un nuevo tratado internacional para el bienestar animal y la prevención de pandemias. Actualmente está siendo preparado por un equipo de abogados en ejercicio y académicos del derecho especializados en Derecho Internacional y Derecho Animal, éstos aprobados por la Cámara de Delegados de la Asociación de Abogados de los Estados Unidos. CAP invita a todas las naciones a negociar una convención internacional para la protección de los animales donde se establezcan estándares para el cuidado y trato adecuado de todos los animales con el propósito de proteger la salud pública, el medio ambiente y el bienestar de los animales. Así entonces la misión es unir el bienestar animal global, la salud pública y el medio ambiente como una herramienta eficaz para mitigar el riesgo de futuras pandemias.
No existe una verdadera protección internacional hacia los animales
La CAP consta de cuatro partes: una introducción, disposiciones sustantivas, tales como derechos y obligaciones, disposiciones sobre el funcionamiento del tratado y un anexo que identifica las especies con alto riesgo de transmitir enfermedades zoonóticas y otros patógenos a humanos y otros animales. Cabe destacar quizás el aspecto más relevante de este nuevo instrumento internacional es el que daría lugar a obligaciones jurídicamente vinculantes, a diferencia de cualquier otro tratado u organización en materia de protección animal.
Aspecto jurídico de la Convención sobre Protección Animal
Como ejemplo tenemos a la única organización que actualmente regula el bienestar animal global, la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal), donde sus normas son meras recomendaciones, esto quiere decir que no existe una obligatoriedad en su cumplimiento. También merece la pena decir que el concepto de bienestar dentro de su normativa está orientado a la sanidad, esto deja de lado una parte importante de lo que implica el bienestar animal en su totalidad. Es bien sabido que la CITES (La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) cuenta con cierta obligatoriedad para sus partes o miembros, pero al igual que la normativa de la OIE, carece de una protección integral al bienestar animal. La única disposición que hace mención al bienestar animal es en el caso del transporte y solo de ciertas especies de animales, ya que solo se aplica al comercio internacional de ciertas especies incluidas dentro de la lista del CITES, particularmente a las mencionadas dentro de sus apéndices 1 y 2.
Por el contrario, en la CAP el bienestar animal es uno de los principios que pugna por ser el más trascendental del proyecto, en él se menciona que ningún animal debe ser sacrificado innecesariamente o sometido a actos crueles o sufrimientos innecesarios. Se proporciona también más detalle y regulación contextual en relación con la vida silvestre, el transporte, los animales de compañía, los animales usados con fines comerciales, los animales utilizados en la investigación científica y el entretenimiento. Este tratado se reduce esencialmente a la obligación de tomar todas las medidas apropiadas para evitar el sufrimiento y la crueldad innecesaria hacia los animales.
Protocolos adicionales
La intención de los redactores de la CAP es que el tratado vaya acompañado de protocolos adicionales relacionados más específicamente con diferentes tipos de animales o contextos de uso. Además, indica que ningún estado podría unirse al tratado principal sin convertirse en parte de al menos un protocolo al mismo tiempo. Hasta el momento se han sugerido al menos 4 protocolos: un protocolo para animales de compañía, para el cuidado de la fauna silvestre en exhibición, otro para la toma de animales silvestres y un protocolo para el transporte internacional de animales.
CAP representa ideológicamente la visión del bienestar animal que ya es popular actualmente y que a su vez se refleja en las leyes de bienestar animal de muchos países. Más importante aún, la CAP sería legalmente vinculante, lo que significa que las violaciones de sus disposiciones darían lugar a la responsabilidad del estado.
La CAP está siendo preparada por un equipo de abogados en ejercicio y académicos del derecho especializados en Derecho Internacional y Derecho Animal
Redacción de la CAP
Los propósitos y consideraciones que influyeron en la redacción de la CAP son el reconocimiento de que el contacto y el trato inapropiados de los animales por parte de los humanos son un factor de riesgo para la aparición y transmisión de virus zoonóticos y otros patógenos, como ejemplo, nuestra actual pandemia. Teniendo en cuenta de que los seres humanos obtienen beneficios diversos de sus asociaciones con los animales y de su utilización, pero a pesar de esto, los animales son seres sintientes, que tienen dignidad, valor e intereses y donde su bienestar les es inherente, y por ende debe protegerse. Con este instrumento se busca también contribuir al fortalecimiento de la salud pública, la protección del medio ambiente, la paz, la seguridad, la cooperación y las relaciones cordiales entre todas las naciones de acuerdo a los principios de la coexistencia de las especies y en consonancia con el enfoque de una sola salud para todos.
Otro de sus objetivos es establecer liderazgo para una mejor protección de los animales con los consiguientes beneficios para el medio ambiente natural y la salud pública, incluida la minimización del riesgo de futuros virus zoonóticos y otros patógenos y epidemias y pandemias relacionadas, estas Partes Contratantes celebran este Convenio, reconociendo que el bienestar animal es un tema complejo que tiene componentes culturales, sociales, religiosos, políticos, económicos y científicos.
En esencia, ya que los humanos y los demás animales nos encontramos fuertemente interconectados, debemos reconocer que el bienestar animal, la salud pública y la salud del ambiente están intrínsecamente relacionados y no puede existir uno sin el otro. Los seres humanos no estamos por encima del ambiente o los animales, ni nos encontramos al centro de todo. CAP nos invita a todos a considerar que el trato adecuado de los animales y su hábitat tiene impactos positivos en el medio ambiente, la salud humana y el desarrollo cultural y económico. Esperemos que esta sea razón suficiente para cuidar, no lo que nos rodea, pero lo que nos hace ser parte.
Autora: Rosa María Cajiga, Licenciada en Derecho Ambiental y Derecho Constitucional, Máster en Derecho y Sociedad Animal
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