El perfil de una persona vegana en España suele ser el de una mujer, de 20 a 35 años, urbanita y con estudios, consciente de su salud, los animales y la sostenibilidad, según el último informe The Green Revolution, elaborado por la consultora Lantern, en este sentido veganismo y mujeres están muy entrelazados .
Veganismo y mujeres
«En este segmento, aproximadamente hay cuatro mujeres por cada hombre”, detallan en el estudio. La misma tendencia se da a escala mundial.
Basta indagar sobre quién hay detrás de proyectos veganos o darse una vuelta por las redes sociales para corroborar estos datos.
¿Por qué el veganismo es más popular entre mujeres que en hombres?
Uno de los argumentos más esgrimidos es que las mujeres son más compasivas y empáticas en general, y particularmente cuando se trata de animales. “Las mujeres tienden a estar más preocupadas por el bienestar de los animales (humanos y no humanos) y el medio ambiente que los hombres. Cada vez más estudios demuestran “que las diferencias de género en la explotación ambiental pueden explicarse en parte por el hecho de que las mujeres y los hombres difieren en su dominio social y actitudes empáticas”, afirman en el estudio ¿Por qué es menos probable que las mujeres apoyen la explotación animal que los hombres?, liderado por João Graça de la Universidad de Groninga y publicado en 2018.
La relación entre la carne y el poder masculino
El estudio Los hombres de verdad no comen quiche (de verduras): la masculinidad y la justificación del consumo de carne, dirigido por Hank Rothgerber de la Universidad de Bellarmine, de 2013, reveló que ante la ‘paradoja la carne’ (el conflicto psicológico entre comer carne y que te importen los animales) las mujeres y los hombres reaccionaban de manera diferente. Ellas evitaban conectar la carne con los animales (algo que la industria cárnica sabe hacer muy bien al ofrecer sus productos), mientras que ellos utilizaban estrategias directas para justificar el consumo de carne como la negación del sufrimiento de los animales, la creencia de que los animales están por debajo de la jerarquía de los humanos y que es el destino de los humanos comérselos. Según el estudio, estas estrategias estaban relacionadas con la masculinidad.
El aumento de hombres que se suman al veganismo están contribuyendo a cambiar poco a poco la situación
La relación entre la carne y el poder masculino se remonta a las sociedades de cazadores y recolectores cuando eran ellos quienes salían de caza mayor, un acto que les proporcionaba un sentido de dominio y superioridad. El marketing se ha encargado de mantener estos estereotipos hasta nuestros días, así las ensaladas son cosas de mujeres, mientras que el bistec es para los hombres. Muchos han sucumbido a esa presión social. Sin embargo, en los últimos años el aumento de hombres que se suman al veganismo -muchos de ellos son referentes dentro del movimiento- y documentales como Game Changers están contribuyendo a cambiar poco a poco la situación.
Veganismo y feminismo
Con todo lo expuesto hasta ahora, no es de extrañar que el movimiento vegano esté conectado con el feminismo. Ya en la década de 1940, dos destacadas activistas por el sufragio femenino, Alice Wright y Edith Good, presionaron a las Naciones Unidas para que les dieran derechos formales a los animales. Pusieron el foco en las claras conexiones que hay entre las formas en las que se explota a las mujeres y a los animales no humanos, puesto que los dos grupos se ven sujetos a sistemas de dominación interconectados que los consideran seres inferiores.
Ya en la década de 1940, dos destacadas activistas por el sufragio femenino, Alice Wright y Edith Good, presionaron a las Naciones Unidas para que les dieran derechos formales a los animales
Más tarde, la escritora y activista Carol Adams, en su libro La política sexual de la carne: una teoría critica feminista vegetariana, publicado en 1990, denunció el vínculo directo entre el consumo de carne y el patriarcado.
Autora: Cristina Fernández, Periodista & Blogger
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