Miles de visones americanos destinados a la industria peletera han sido sacrificados en Europa por la pandemia del coronavirus sin que haya suficientes evidencias científicas de la transmisión del virus desde animales a humanos.

Las granjas de visones y la COVID-19

A finales de abril, los Países Bajos, uno de los principales exportadores de piel de visón, comunicaron la detección del genoma del virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19, en un par de granjas de visones americanos después del fallecimiento de varios animales por problemas respiratorios y digestivos. Posteriormente, constataron que dos trabajadores también tenían el virus y lo atribuyeron a la transmisión desde los animales, ya que el genoma del virus detectado en uno de ellos tenía un “código genético muy similar” al hallado en los mustélidos. Es una posibilidad que todavía no ha sido confirmada.

Para hacer frente a estos brotes, las autoridades del país han acabado con la vida de un millón de estos pequeños mamíferos que viven amontonados en pequeñas jaulas de aluminio sin apenas poder moverse. La situación ha provocado que el Parlamento haya aprobado adelantar el cierre de las granjas de visones americanos, previsto para enero de 2024 por una orden judicial dictada hace cuatro años que justificaba la decisión por “el rechazo ético y social que producen” este tipo de explotaciones. No hay fecha exacta, pero se prevé que la clausura sea a finales de 2020.

Al igual que en los Países Bajos también se han detectado infecciones de coronavirus en granjas de visones en Dinamarca y en España, y en ambos países se ha optado por acabar con la vida de los animales que habitaban en las explotaciones afectadas. El resto de los países en los que también los crían por su piel no ha comunicado ningún brote: China, Dinamarca y Polonia son los tres mayores productores de piel de visón, según datos de Humane Society International.

Actualmente, existen un total de 37 granjas de cría de visones americanos: 31 en Galicia; el resto, en Aragón, Castilla y León, País Vasco y Valencia

En España, se han sacrificado 92.700 visones americanos en una granja de La Puebla de Valverde, en Teruel, tras haberse contagiado el 86% de los animales. A finales de mayo, siete trabajadores, la mitad de la plantilla de la empresa Secapiel, dieron positivo por Covid-19. Mataron a los mamíferos aplicándoles dióxido de carbono y después los incineraron.

El coronavirus afecta a los seres humanos y a una variedad de animales, como camellos, gatos y murciélagos, y es una enfermedad zoonótica, por tanto, puede transmitirse de los animales a los humanos. De hecho, el origen de este último tipo de coronavirus se establece en un mercado húmedo de Wuhan, China, donde malviven todo tipo de animales como perros, serpientes, murciélagos y pangolines a la espera de ser consumidos por humanos.

Pero ¿los animales transmiten el coronavirus a los humanos? Según información del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, publicada a principios de julio, “en España se ha detectado hasta el momento un único caso de infección por SARS-CoV-2 en un gato, que convivía con personas con Covid-19. En resumen, los hurones, los felinos (gatos, tigres y leones), los visones y los hámsters son susceptibles a la infección y pueden desarrollar la enfermedad y también los perros en mucha menor medida. En este momento hay muy pocos casos descritos de transmisión desde los animales a los humanos por lo que no parece que la enfermedad en animales tenga una gran contribución en la epidemia”.

“No estamos seguros. Sí, ha leído bien: no lo sabemos con certeza. Todos los datos disponibles hasta la fecha apuntan a que los animales domésticos han sido, como en otras ocasiones, víctimas colaterales y anecdóticas por ahora de esta crisis sanitaria. A perros, gatos y grandes felinos se unen visones, susceptibles al virus, y que podrían haber infectado a un trabajador de una granja. Pero faltan muchos datos para confirmarlo”, exponen Marta Pérez-Sancho y Víctor Briones, investigadores del departamento de Sanidad Animal, en la Facultad de Veterinaria y Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET), de la Universidad Complutense de Madrid, en un artículo publicado en la Agencia Sinc.

Abrigos y bolsos

El visón americano (Neovison vison), originario de Norteamérica, fue introducido en Europa, concretamente en Finlandia y Rusia, a principios del siglo pasado con el fin de explotar comercialmente su piel. Las granjas de visón americano llegaron a nuestro país a finales de los años 50. Actualmente, existen un total de 37 granjas de cría de visones americanos: 31 en Galicia; el resto, en Aragón, Castilla y León, País Vasco y Valencia. El número de explotaciones en España ha descendido ligeramente en los últimos diez años: de las 41 en 2015 y 2016 ha pasado a 39 en 2011 y 37 en 2020.

Los animales se crían hacinados en pequeñas jaulas hasta los siete meses, cuando se les gasea y arranca la piel para hacer caros abrigos, bolsos y otras prendas, tal y como documentó en 2009 la organización animalista Igualdad Animal. Cada año mueren más de medio millón solo en España.

Las granjas de visones y la COVID-19

Los grupos animalistas llevan años denunciado la crueldad que se esconde detrás de la industria peletera: alrededor de 100 millones de animales se crían y matan anualmente en granjas intensivas de pieles específicamente para suministrar a la industria de la moda, tal y como denuncian desde Humane Society International.

Además de plantear cuestiones éticas y morales, las granjas de visones americanos también suponen un riesgo para la biodiversidad. La organización conservacionista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que lleva años alertando sobre la problemática, ha lanzado la campaña Cierre de las granjas de visón ya. “La cría del visón americano, con destino a la peletería y artículos de moda, se ha convertido en una auténtica ‘bomba biológica’ que amenaza la naturaleza y pone en riesgo nuestra salud”, afirman.

El Gobierno añadió una disposición adicional confusa en la que permitía la instalación de granjas peleteras en casos excepcionales

El visón americano es una especie exótica invasora que se adapta mejor al medio que el autóctono, el visón europeo (Mustela lutreola), es más grande y se reproduce más rápido. Está incluido desde 2011 en el Listado y Catálogo de Especies Exóticas Invasoras con lo que está prohibida “su introducción en el medio natural, su posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos o muertos”. No obstante, el Gobierno añadió también una disposición adicional confusa en la que permitía la instalación de granjas peleteras en casos excepcionales. Y en 2013, con la modificación del Catálogo, el Ejecutivo indultó a las granjas de visón americano, que podían seguir funcionando o abrirse nuevas en toda la geografía española a excepción de «en las provincias del área de distribución del visón europeo, que figuren en el Inventario Español del Patrimonio Natural y la Biodiversidad», contraviniendo la ley, como posteriormente, en 2016, sentenció el Tribunal Supremo.

El visón europeo está al borde de la extinción: la especie ha desaparecido del 90% de su área de distribución original como consecuencia del avance de visones americanos procedentes de granjas peleteras que han escapado o han sido liberados por grupos animalistas. Además de la competencia de su homónimo americano, la caza, los atropellos y la destrucción y el deterioro de sus hábitats, causan el imparable declive del carnívoro más amenazado de Europa.

Autora: Cristina Fernández, Periodista & Blogger.

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