El ser humano tiene como reto colectivo luchar contra la vejez, la enfermedad y la muerte. Lo viene haciendo desde el albor de los tiempos. A pesar de los innumerables avances médicos y de los logros obtenidos hasta el momento en el campo de los tratamientos antiedad, el envejecimiento continúa siendo un desafío que aún está lejos de superar. Pero podemos cuidar nuestra salud y los polifenoles nos ayudan a ello.

Polifenoles contra el envejecimiento

El envejecimiento comienza cuando la maquina orgánica que nos constituye empieza a deteriorarse y fallar. Nuestras células, órganos y sistemas envejecen, se deterioran y dejan de funcionar provocando fallos en cadena que van acelerando el proceso de deterioro físico, psíquico y orgánico, al que llamamos vejez.  Pero no debe ocurrir siempre de la misma forma y a la misma velocidad para todos. Lo que se ha comprobado es que podemos ganarle años a la vida trabajando desde nuestro interior, consiguiendo que el deterioro se ralentice o incluso se detenga.

Uno de los aspectos fundamentales que debemos considerar a la hora de vencer al reloj biológico es cuidar nuestra alimentación. Una mala alimentación hace que nuestras células se dañen, enfermen, y en consecuencia nuestro organismo se deteriore y enferme. El resultado de una mala alimentación es un envejecimiento acelerado. Pero este proceso es del  todo reversible. La investigación científica destaca la capacidad de los polifenoles para proteger el organismo contra los trastornos asociados con la edad a través de su capacidad de resguardar a las células del estrés oxidativo y de activar el gen antienvejecimiento (SIRT-1). Los polifenoles a dosis altas actúan como antioxidantes y antiinflamatorios ayudando a alargar la vida.

Los polifenoles de las frutas y verduras juegan un papel importante en retardar la aparición de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson

Los polifenoles son un amplísimo grupo de fito-sustancias que se distribuyen abundantemente por el reino vegetal. Los podemos agrupar en ácidos fenólicos, flavonoides, antocianinas, catequinas, flavones, flavonoles, flavanones, isoflavonas, lignanos, proantocianidinas, procianidinas, estilbenos y taninos.

Encontramos polifenoles en frutas, verduras, nueces y bayas, semillas, en las flores y en la corteza de plantas. Las fuentes dietéticas de suministro de polifenoles son variadas, diversas y abundantes. Encontramos flavonoides en legumbres como lentejas, guisantes y soja, quercetina y miricetina en tomate, cebolla, ajos y pimientos, flavanones en frutas cítricas, antocianidinas en bayas y cerezas. En el cacao, vino tinto, cerveza y aceite de oliva encontramos polifenoles antioxidantes de diferentes tipos como taninos, galocatequinas y resveratrol. Frutas y verduras de color rojo y morado son fuente abundante de quercetina, kanferol y hesperetina, como la remolacha, berenjena, uvas, fresas, frambuesas y arándanos, y el ácido elágico está en las granadas. El café es muy rico en ácidos fenólicos como el ácido cafeico, ácido ferúlico y ácido p-cumárico.

Uno de los aspectos fundamentales que debemos considerar a la hora de vencer al reloj biológico es cuidar nuestra alimentación

Cuantos más polifenoles consumamos mejor protegemos nuestra salud. Consumir polifenoles reduce el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes tipo 2, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades pulmonares, las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, y la osteoporosis. Las catequinas del té y otros polifenoles han demostrado su potencial antidiabético. Los polifenoles pueden ofrecer protección contra el cáncer de estómago, colon, hígado, pulmón y mama. El resveratrol y la quercetina están siendo estudiadas por sus efectos protectores contra el cáncer y por sus propiedades antienvejecimiento. El consumo de una dieta abundante en polifenoles reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares ya que inhiben la oxidación del colesterol LDL.

A diferencia de los fármacos y productos de síntesis usados para frenar los procesos degenerativos y de envejecimiento, los polifenoles no presentan ningún efecto adverso. Por ser parte integrante y natural de los alimentos vegetales los podemos consumir en grandes cantidades sin ningún riesgo para nuestra salud.

Autor: Raúl Martínez, Dietista-nutricionista, biólogo.

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