Respuesta de la Dra. Miriam Martínez (Mi Pediatra Vegetariano) al boom desinformativo «colina – veganos» de los últimos días. Cuando leí la “noticia” por vez primera hace unos días me dio por reír: Ya no saben qué inventar, pensé.

Boom informativo 'antivegano': La estafa de la colina

Han probado de todo para convencer a la sociedad de que es imposible llevar una dieta vegana, para hacer creer a la gente que los veganos no somos personas de carne y hueso con parámetros de salud al menos tan buenos como los de las personas no veganas, sino seres fantasmales con múltiples deficiencias y a punto de morir en el próximo instante; agotados los argumentos sobre las proteínas, la B12, los omega-3, la vitamina D, el hierro, el zinc y hasta la vitamina K, ahora se han sacado de la manga ¡la colina!

No tenía planeado hacer nada, pero pasan los días y los medios siguen dando cancha a este tema, lo que os ha llevado a muchos y muchas de vosotras a preocuparos y a preguntarme. Así que he decidido escribir sobre la colina en las dietas vegetarianas y veganas.

¿Tengo deficiencia de colina?

No te sientas mal si hasta hace 5 días no habías oído ni hablar de la colina: no es que estuvieras desinformada o desinformado, es que no necesitas saber mucho del tema. Los profesionales sanitarios tampoco le hemos prestado mucha atención. No, la colina no es un nutriente nuevo que alguien haya descubierto hace poco y no, los profesionales de la nutrición no están preocupados porque esté a punto de producirse una crisis de salud pública por deficiencia de colina.

Alguien se ha sacado un problema de la manga para crear alarma social, un problema que no existe. Así de simple y así de grave.

Te voy a contar qué ha pasado para que hayamos llegado hasta aquí:

La industria de la carne está preocupada. La población de los países occidentales cada vez es más consciente del daño que estamos produciendo en el planeta con nuestro consumo desaforado de carne, lácteos y otros productos animales. Los recientes incendios en la  Amazonia y también en África (aunque estos han sido menos conocidos) han provocado un aumento del interés sobre el impacto que tienen los sistemas de producción de alimentos en el medio ambiente. La ONU ha vuelto a advertir que sin una reducción drástica del consumo de carne no es posible frenar el cambio climático. Los más importantes expertos en nutriciónafirman que solo una dieta predominantemente vegetal, con nada o una mínima parte de productos animales, puede ser considerada como una dieta saludable para los humanos y sostenible para el planeta. Los gobiernos de los países occidentales publican guías alimentarias en las que urgen a la población a reducir el consumo de carne y de lácteos.

Aunque sigue siendo un movimiento muy minoritario, el veganismo crece y cobra fuerza como una opción válida para atajar estos graves problemas medioambientales y para prevenir las enfermedades crónicas más prevalentes de nuestra sociedad. Por primera vez se habla abiertamente de esto y por primera vez expertos y científicos no veganos reconocen abiertamente que solo una dieta 100% vegetal o predominantemente vegetal puede salvarnos del desastre al que nos dirigimos.

El veganismo crece y cobra fuerza como una opción válida para atajar graves problemas

La industria cárnica es un gran negocio que mueve trillones de dólares al año en todo el planeta. Solo en España constituye el 2,2% del PIB. Por supuesto, no quieren que sus beneficios disminuyan y para ello usan parte de sus presupuestos anuales para hacerse publicidad, de forma directa o indirecta. Las formas directas todos las conocemos. Las formas indirectas son más peligrosas, puesto que no las identificamos como publicidad y no podemos luchar contra ellas. Formas indirectas son la creación de grupos de presión que influyen en las decisiones que toman los políticos y también el pago a científicos para que divulguen los beneficios de la carne en la alimentación humana.

El Meat Advisory Panel (en español se traduciría como el Comité Asesor de la Carne) se describe a sí mismo como “un grupo de profesionales sanitarios, científicos e investigadores que proporcionan información independiente y objetiva sobre la carne roja y su papel como parte de una dieta saludable y equilibrada.”

Esto de “independiente y objetiva” sería muy bonito si no fuera por la frase que viene a continuación: El Comité Asesor de la Carne está financiado por una subvención educativa ilimitada por parte de la industria de la carne roja.

Esto quiere decir que sus miembros cobran dinero directamente de la industria cárnica, y por lo tanto, están a su servicio y defienden sus intereses

La doctora Emma Derbyshire, nutricionista en la Universidad Metropolitana de Manchester, es miembro de este comité. Es también la autora del artículo de opinión publicado en una revista médica, BMJ Nutrition, Prevention and Health que ha dado lugar a todo este revuelo.

Empiezas a vislumbrar cómo se ha generado esta alarma, ¿verdad?

En resumen, esto es lo que ha hecho la industria cárnica esta vez:

Paso 1: nos damos cuenta de que tenemos un problema: el consumo de carne está cada vez más cuestionado. Las opciones vegetarianas y veganas proliferan. Cada vez más ciudadanos expresan su deseo de reducir o eliminar la carne de sus dietas.

Paso 2: pedimos a unos de nuestros “expertos” que manifieste preocupación por esta transición general hacia dietas más vegetales.  Este experto, que se presentará como objetivo e independiente, escribirá un artículo de opinión en tono bienintencionado y lo enviará a una revista médica. Este experto pagará una tasa de 1350 libras esterlinas (unos 1500 euros) para que el artículo sea publicado en dicha revista, que es casualmente de acceso libre para todo el mundo y no solo para sus suscriptores (por supuesto nosotros correremos con este pequeño gasto).

Paso 3: nos encargamos que este artículo de opinión sea difundido en todos los medios de comunicación de masas y llegue a toda la población. Nos aseguramos de que se eligen titulares sensacionalistas y alarmistas. Si podemos cebarnos en los más vulnerables, y especialmente en las embarazadas y en los bebés en desarrollo, todavía mejor, así el éxito de la campaña estará garantizado. El objetivo es que la gente se asuste de los peligros de ser vegano y que abandonen la idea de serlo.

Lo gordo es que ni siquiera ha habido un estudio clínico que investigara si efectivamente hay problemas de deficiencia de colina entre los vegetarianos y veganos, tal como se ha difundido por todas partes. Lo que ha pasado es que esta señora ha escrito una carta expresando “su temor” a que los vegetarianos y veganos no obtengamos un nutriente en cantidad suficiente. Lo que ha escrito no es más que una opinión, una opinión no fundamentada en datos concretos.

Para empeorar más las cosas, esta nutricionista ha hecho algo muy grave en ciencia: ha ocultado que recibe financiación de la industria cárnica. Cuando envías un artículo a una revista científica te EXIGEN que declares tus conflictos de interés. Las revistas explican muy bien lo que consideran un conflicto de interés, y recibir dinero directamente de una industria  es un conflicto de interés como una catedral.  Para la revista BMJ y para cualquier otra.

Esto ha generado una oleada de protestas y en consecuencia la revista ha añadido ahora este dato sobre el conflicto de interés (nueva versión del artículo aquí). Por supuesto el daño ya está hecho y ningún medio de comunicación va a recoger ahora esta información y va a matizar su noticia. Tampoco conocían este dato los revisores que aprobaron la publicación del artículo.

Pero vamos a ver, al margen de la conducta marcadamente deshonesta de la doctora Derbyshire, ¿hay algún fundamento en lo que ha escrito?

La colina es un nutriente esencial, que en parte produce nuestro cuerpo y en parte obtenemos de los alimentos. La colina juega un papel importante en varias vías metabólicas, especialmente en el hígado y en el cerebro. Durante muchos años ha intentado demostrarse que una mayor ingesta de colina, bien como parte de la dieta o bien en forma de suplementos, podía tener un efecto positivo en la prevención de la demencia y de otras enfermedades neurodegenerativas; así como mejorar el desarrollo cerebral infantil. A pesar de estas hipótesis, hasta ahora ningún estudio ha podido probar estos pretendidos efectos.

No existen recomendaciones oficiales de la cantidad de colina que deberíamos tomar porque simplemente no se conocen nuestras necesidades. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria considera adecuada una ingesta de 400 mg al día en adultos, y entre 150 y 350 para los niños y niñas, dependiendo de su edad. Durante el embarazo y la lactancia las necesidades pueden ser más altas: 480 mg / día.

La doctora Derbyshire afirma que la carne y los huevos son las principales fuentes de colina en la dieta y que las dietas veganas no aportan la cantidad suficiente. Para ello muestra un gráfico en el que aparecen diferentes grupos de alimentos ordenados de acuerdo a su concentración de colina. La carne roja (especialmente el hígado) y los huevos aparecen en primer lugar, seguidos por el salmón. A bastante distancia aparecen los primeros alimentos vegetales que ella ha tenido a bien incluir en su gráfico: las almendras.

Desafortunadamente la doctora Derbyshire se ha “olvidado” de incluir en su lista uno de los alimentos vegetales más ricos en colina: la soja. Ya es el segundo olvido. Cien gramos de semillas de soja tostadas tienen más colina que un filete de ternera (124 mg frente a 104 mg) y más que el salmón (90 mg).  Una vaso de 250 ml de leche de soja tiene 55-60 mg.  Dos vasos de leche de soja al día cubren entre un tercio y la mitad de los requerimientos de la mayor parte de los niños. Todas las legumbres, pesadas en crudo, tienen entre 90 y 100 mg / 100 gramos, lo que se traduce en unos 30-40 mg una vez cocidas (los guisantes tienen el doble). En vez de las almendras con 40 mg / 100g, la doctora Derbyshire podría haber mencionado los pistachos, con 70 mg / 100g, o las setas shiitake con 80 mg, o los cacahuetes, con 65 mg. Pero estos alimentos no aparecen en su gráfico, con lo cual se transmite una idea tergiversada de la cantidad de colina que hay en los alimentos vegetales.

En esta tabla (elaborada a partir de la base de datos de composición de alimentos del departamento de Agricultura de Estados Unidos) tienes una muestra de alimentos vegetales ricos en colina. Como ves, son las legumbres, los frutos secos y las semillas, sobre todo (la principal fuente de proteínas en las dietas vegetarianas y veganas); y además otros alimentos de consumo común como las verduras crucíferas, la quinoa o las patatas.

colina

Cantidades menores están presentes en prácticamente la totalidad de los alimentos vegetales. Hay que esforzarse mucho para no tomar suficiente colina, y esta debe ser la razón por la que no hay casos descritos de deficiencia en la literatura médica.

No es de extrañar por tanto que la Asociación Británica de Nutricionistas haya declarado hace unos días que es “perfectamente posible alcanzar los requerimientos de colina con una dieta vegana o predominantemente vegetal”.

El doctor Tom Sanders, profesor emérito de Nutrición y Dietética del King’s College en Londres ha afirmado textualmente: “El cuerpo humano produce colina, y ésta además se encuentra de forma abundante en muchos alimentos vegetales, incluyendo la soja. No hay justificación para sugerir que una dieta vegana ponga el riesgo el desarrollo del cerebro. Mis propias investigaciones en personas veganas, así como los estudios de otros grupos en Europa y en EEUU han mostrado que el crecimiento de los vegetarianos y veganos es normal.”

Por tanto, y en conclusión: ninguna persona vegetariana o vegana debe preocuparse por no estar tomando la suficiente colina, siempre que su dieta sea variada  e incluya, como siempre recomiendo, legumbres, frutos secos y semillas a diario.

¿Se puede tomar demasiada colina?

Parece que sí. En presencia de dietas ricas en grasas, es posible que la microbiota intestinal sintetice, a partir de la colina de la dieta, N-óxido de trimetilamina (en inglés: TMAO). En humanos, niveles sanguíneos elevados de TMAO se han asociado con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esta área de estudio está recibiendo cada vez mayor interés, pero a la doctora Derbyshire, de nuevo, se le ha “olvidado” mencionarlo en su artículo. Y ya van tres olvidos.

¿No será que quien tiene deficiencia de colina es ella?

Autora: Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra | www.mipediatravegetariano.com

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