Existe una herramienta poderosa para mejorar nuestra relación con la comida. Es el mindful eating, también llamada alimentación consciente.

"Ser vegano implica recorrer un camino para vivir de manera más respetuosa y empática"

Cuando comemos conscientemente disfrutamos con todos nuestros sentidos cada bocado, mantenemos una conversación, pues escuchamos a nuestro cuerpo. Satisfacemos los distintos niveles de hambre (hambre visual, olfativa, hambre oral, hambre estomacal, celular, hambre mental y hambre emocional). La mayor parte del tiempo comemos con la mente: «debería comer más verdura», «esto tiene mucha grasa»; «estoy llena, pero eso tiene tan buena pinta”…

Comer conscientemente implica observar los pensamientos, emociones y sensaciones que surgen en torno a la mesa, a los alimentos. Vivir una relación sana con la alimentación se logra través de la compasión y benevolencia, tanto hacia los animales como hacia ti mismo.

¿Consideras la comida un mero trámite, una carga? ¿Haces otras cosas mientras comes, como trabajar frente al ordenador, responder whatsapps…? ¿Masticas tu comida o la engulles? ¿Cómo averiguas que tienes hambre? ¿Utilizas la comida para olvidar tus problemas cotidianos? ¿Sabes diferenciar entre hambre y ansiedad?

Comer con atención plena se desarrolla con la práctica

Para comer con atención, el primer paso es reducir la velocidad: empieza a masticar lentamente. No te lances sobre tu plato. Primero obsérvalo, empápate de sus olores, colores, texturas… y después come con calma.

Ir más despacio te ayuda a conectar con tu cuerpo. Alimentarnos desde la mente nos deja anclados en los debería. La alimentación consciente te ayuda a tomar distancia de tu cháchara mental improductiva, crítica y destructiva.

La Navidad es una época en la que hay mucho ruido externo, desoímos el hambre y la saciedad. Dejamos de estar presentes a la hora de comer por todo lo que rodea a la mesa y terminamos cometiendo más excesos de los deseados.

¿Realmente una fecha del año ha de condicionarnos tanto? Ser conscientes de la repercusión y consecuencias de nuestras elecciones siempre es importante, pero más si cabe en estas fechas.

Vivir una Navidad consciente es una invitación a ir más allá de la comida

Incluye la gestión de las relaciones que acompañan a la Navidad y el cuidado de nuestra propia salud física y emocional. Optar por vivir la Navidad desde la escucha, la atención a nuestras necesidades y no caer en consumismo excesivo o en situaciones que nos agotan es vivir conscientemente.

Te propongo alimentar tus emociones a diario. ¿Acaso no comes tres veces al día como mínimo? Algunas ideas para nutrirte emocionalmente son disfrutar tiempo a solas, pedir a tu pareja o a tu familia que te preparen comida vegana o dar las gracias por lo bueno que hay en tu vida.

Ser vegano implica recorrer un camino para vivir de manera más respetuosa y empática. Ir más allá, plantearse el tipo y cantidad de productos que van a estar presentes en nuestra cesta, y tener una relación sana y positiva con la comida es dar unos pasos más.

Porque si queremos ser compasivos con los animales, tenemos que empezar por nosotros mismos. Encontrar el equilibrio entre cuidar y autocuidado, nutrirte física, emocional y mentalmente es vital.

La Navidad puede disfrutarse y mucho. No es un agujero negro en el que todo vale, y nos dejamos llevar por las costumbres. La Navidad se puede vivir con angustia, incertidumbre o enfado, pero también como una oportunidad de sencillamente vivir el momento. La comida no es el centro de la vida, seas vegano o no. Sea Navidad o no.

Autor: Iván Iglesias, Experto universitario en Nutrición y Dietética | Escritor & Blog Nutrición Esencial www.nutricionesencial.es

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Publicado en Bueno y Vegano Diciembre 2018

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