Todo el mundo sabe que las almendras son riquísimas, pero ¿sabía que la versátil almendra está llena de nutrición e historia? ¿Quiere probar más información? Saboree estos datos acerca de la deliciosa y nutritiva almendra.

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La almendra, conocida como la reina de las rosas, de la familia de los rosáceos y del género Prunus, constituye una de las fuentes de alimentación más antiguas del mundo, ya mencionada en la Biblia 2,000 años antes de Cristo. La almendra es el fruto del almendro, cuya deidad protectora era una diosa fenicia cuyo nombre en sirio significa «árbol hermoso», calificativo muy apropiado dada la espectacular hermosura de los campos de almendros en flor.

El almendro es, por norma general, un árbol auto-estéril, lo que conlleva que el proceso de polinización no pueda verificarse en la inmensa mayoría de los casos entre almendros de la misma variedad. Su origen está en Asia Central y conquistó el Mediterráneo desde el Este (al tiempo del Imperio Romano) vía Grecia, Italia y los Balcanes, y desde el Suroeste con los conquistadores árabes, vía el Norte de África y España. En el Siglo VIII, ya estaba en Francia, y la gente lo consideró noble, fuerte y valiente. Hoy en día, los principales productores de almendra son Estados Unidos y España. Más de 90 naciones importan almendras californianas, con Alemania y Japón encabezando la lista del consumo exportador.

La semilla (parte comestible del almendro) es alargada, blanda, a veces tirando a ebúrnea, recubierta de una piel marrón y fibrosa. Es relativamente crujiente, de sabor muy suave, un poco dulce, nada ácida, oleosa, poco aromática cuando está cruda, pero con un aroma y un sabor mucho más intensos cuando se tuesta.

Existen dos clases de almendras: dulces y amargas; las amargas por su contenido, son tóxicas para el organismo, por lo que no se deben consumir. Las almendras dulces que son las comestibles, contienen: agua, proteínas, grasas, hidratos de carbono y celulosa; vitaminas B1, B2, PP, C, A, D y E; calcio, fósforo, hierro, potasio, sodio, magnesio, azufre, cloro, manganeso, cobre y zinc. Contienen, además, los ocho aminoácidos esenciales. Son las almendras un alimento imprescindible en una dieta sana y equilibrada. Además, resulta un ingrediente muy versátil tanto en recetas dulces como saladas.

La importancia de la almendra para la salud

Este fruto seco es una de las pocas fuentes de proteínas vegetales que contiene arginina, un aminoácido esencial para los niños.

A pesar de su aspecto seco y homogéneo, la almendra posee una cantidad notable de fibra soluble (10%).

Es ideal para estimular los movimientos intestinales y para conferir sensación de saciedad

La almendra es también rica en proteínas (19 g/100 g), cantidad similar a la de la carne. Por ello en las dietas vegetarianas las almendras y los frutos secos en general tienen una gran importancia. El contenido en hierro es otra de las virtudes de este delicioso fruto seco. 50 gramos de almendras aportan una dosis de hierro muy similar a la de las espinacas, claro que éstas son 30 veces menos calóricas.

El magnesio, el fósforo y el manganeso también son otros de los minerales que aporta este fruto seco en cantidades nada despreciables.

La grasa, un regalo para las arterias

Los beneficios de las almendras para la salud de las personas son múltiples. Tienen un 52% de grasas. De ellas, dos terceras partes corresponden a ácido oleico. Esto quiere decir que comer almendras es muy parecido a tomar aceite de oliva desde el punto de vista cardiovascular. Tanto es así, que se ha demostrado que en comunidades en que se consumen dosis altas de frutos secos, la incidencia de enfermedades cardiovasculares es menor.

Otro punto a tener en cuenta es su contenido en ácido linoleico (omega-6), ácido graso esencial para el organismo que éste no sintetiza y que le es necesario obtener de la dieta.

Las almendras y el crecimiento

Las almendras por la serie de elementos esenciales que tienen para nuestro organismo, hacen que su consumo sea adecuado en condiciones de crecimiento, siendo un buen complemento de la dieta.

Las almendras y el envejecimiento

La almendra es uno de los frutos secos con mayor aporte de vitamina E, una vitamina cuya ingesta a menudo está por debajo de lo que sería recomendable y que ejerce un valioso papel antioxidante. 50 g diarios de almendras crudas cubren las necesidades por día de esta vitamina.

La almendra y la diabetes

El control de la dieta es esencial en los diabéticos que no dependen de insulina. La almendra puede formar parte de la alimentación de un diabético. Por una parte, se sabe que la asociación de la fibra con los azúcares provoca una disminución en la velocidad de absorción de la glucosa, lo que hace que el aumento de los niveles de glucosa e insulina sea moderado.

Por otro lado, se ha demostrado que una dieta de ácidos monoinsaturados mejora la tolerancia a la glucosa, además de tener un efecto positivo sobre la regulación del contenido de colesterol presente en las HDL y LDL y sobre los niveles de triglicéridos.

La almendra y el cáncer

Las almendras presentan un elevado contenido de fibra, elemento que, entre otras ventajas, permite aumentar el volumen de los excrementos y diluir así el ácido biliar, lípidos y esteroles, haciendo que disminuya el riesgo cancerígeno de éstos en el colon.

Las almendras: aspirina natural

Considerada «remedio de todos los males», la aspirina es el medicamento más popular, extendido y aceptado. La alternativa natural a este producto consiste en comer un puñado de almendras, aunque sus efectos sean más lentos.

La explicación radica en que las almendras contienen una buena proporción de salicilatos, sales formadas por ácido salicílico y una base que constituyen el principal agente activo de la aspirina, al que se deben los milagrosos efectos de este popular fármaco. Además, por su alto valor calórico y proteínico, las almendras ayudan a la regeneración del sistema nervioso y son un buen antiséptico intestinal.

La dosis recomendada

Los expertos están de acuerdo en que una dosis recomendable de almendras para una persona sana es de unos 25 g al día (20 unidades), estando especialmente recomendada a niños, por su riqueza en calcio y proteínas; a vegetarianos, por su aporte en hierro y proteínas; y a personas aquejadadas de hipercolesterolemia, osteoporosis, déficit de peso, diabetes e intolerantes a la lactosa.

Versátil y Deliciosa

Leche de Almendras (Leche vegetal): Para las embarazadas, lactantes, para combatir las enfermedades nerviosas, la desnutrición, la debilidad, la anemia. En las enfermedades de los niños, especialmente dice el Dr. Albert Ronald Morales, cuando se presenta en ellos fiebre, es el sustituto ideal de la leche de vaca. (No conviene a las personas cuando padecen diarrea).

Preparación: Tomar de 7 a 18 almendras (según la cantidad de leche que se quiera preparar), se dejan remojando en agua fría, de la noche a la mañana siguiente; se les quita la piel, se licuan y se cuelan; se toma lentamente y al clima, pues el calor destruye los valores nutritivos, “por lo tato no debe hervirse”. En resfríos o gripe esta bebida favorece la eliminación de toxinas.

En resumen, las almendras representan nutrición y salud con sabor. Son las almendras la fruta seca sin colesterol que agradará a los consumidores más exigentes y a los fanáticos de la salud.

Fuente: HazteVeg

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Bueno y Vegano Octubre 2017

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