El tiburón ha sido retratado por la industria cinematográfica como el monstruo de los mares con un insaciable apetito por los humanos, cuando en realidad es uno de los animales más enigmáticos e incomprendidos del planeta y quizás ellos tienen más razones para temernos a nosotros que al revés. Millones de tiburones mueren cada año debido al lucrativo pero insostenible y éticamente cuestionable comercio de aleta de tiburón. Las aletas son usadas mayormente en China, Hong Kong, Taiwán y comunidades asiáticas en otras partes del mundo para la elaboración de la famosa sopa de aleta de tiburón.

aleta de tiburón
123rf Limited©tonyshoot. Secado de aletas de tiburón

Existen muchas razones ecológicas, económicas y morales por las que los tiburones deberían ser protegidos

Muchas especies de tiburones ayudan a que los océanos sean más resistentes al cambio climático. Los tiburones son, además, parte del círculo azul de la vida ya que son depredadores ápex, situándose en lo más alto de la cadena alimentaria, jugando un papel vital en el mantenimiento de los ecosistemas marinos, sin ellos otros animales marinos que dependen de esta cadena desaparecerían. De acuerdo a datos de la WWF anualmente unos 600,000 buzos viajan por todo el mundo para poder admirar a estos fascinantes animales en su entorno natural. En 2014, en Australia, el turismo de tiburones contribuyó con alrededor de $32.5 millones de dólares a la economía de este país.

A pesar de las razones ecológicas y económicas para proteger estos animales existe una que es mucho más importante, la cual deviene del respeto a su vida por el simple hecho de existir y sobre todo por su capacidad de sentir. El aleteo de tiburones tiene implicaciones catastróficas en el bienestar de estos animales, ya que implica cortar la aleta de un tiburón, a menudo mientras el tiburón aún está vivo, después se arroja el animal nuevamente al mar donde muere lentamente. Esta cruel práctica parte de la excusa de que la carne de tiburón no está tan cotizada como las aletas, por ende, conviene cargar los botes con más aletas que cuerpos de estos animales.

Las aletas de tiburón se utilizan para la elaboración de la sopa de aleta de tiburón, un plato de Asia oriental asociado con riqueza y festividad. De acuerdo a cifras del Humane Society International, más de 72 millones de tiburones son asesinados cada año para saciar este gran negocio. El precio de un plato de aleta de tiburón puede llegar a costar hasta alrededor de 100Euros. A pesar de que la aleta de tiburón en realidad no tiene ningún sabor.

En países como en Estados Unidos en donde el corte de aletas de tiburón es ilegal, el comercio de éstas todavía está permitido en la mayoría de los estados

Distintos esfuerzos se han establecido alrededor del mundo para detener la práctica del aleteo de tiburón. El primero fue exigir una proporción de aletas y cuerpos para controlar el número de cuerpos tirados al mar, sin embargo, esta estrategia no resultó como se esperaba debido a que la identificación de aletas es difícil, por ende, no había veracidad al identificar a qué tiburón correspondía la aleta. La legislación se modificó entonces, para exigir a las pesquerías que llevaran a tierra a los tiburones sin cortar sus aletas. A pesar de esta medida, en países como en Estados Unidos en donde el corte de aletas de tiburón es ilegal, el comercio de éstas todavía está permitido en la mayoría de los Estados. Al estar libre la importación y reexportación, se sigue contribuyendo al corte de aletas de tiburón y otras actividades de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada de tiburones. En Europa el panorama es similar ya que países como España actualmente continúan comercializando la carne de tiburón. Desde el 2002 se prohibió, bajo la presión de la UE, el desembarque de aletas de tiburón desprendidas y se instauró un reglamento de aletas adheridas.

aleta de tiburón
123rf Limited©markusbec

A pesar de esto, según las cifras que ofrece la Unión Europea, España fue el mayor exportador de aletas de tiburón en el 2020, con más de 2.000 toneladas por un valor de 3,5 millones de euros. De acuerdo a estos datos, España es considerada también uno de los mayores importadores de aletas del mundo, con más de 51.000 toneladas desde el año 2003. En países como las Bahamas, gracias al redituable negocio del turismo de nadar con tiburones, el gobierno decidió tomar estrictas medidas para protegerlos, como lo es la prohibición total de la pesca de tiburón, incluyendo la prohibición del comercio de productos de tiburón. La regulación en lo que concierne a la protección del tiburón no es un tema fácil en ninguna parte del mundo, desafortunadamente la legislación varía mucho entre países y estados. Aunado a esto, el mar es un lugar muy vasto, donde la inspección cuesta mucho tiempo y dinero. Además, las grandes cifras que representa la comercialización de estos productos lo hacen una actividad atractiva, difícil de prohibir.

España fue el mayor exportador de aletas de tiburón en el 2020, con más de 2.000 toneladas por un valor de 3,5 millones de euros

Los productos de tiburón a menudo se encuentran en lugares inesperados

Además de restaurantes, tiendas de ropa o cosméticos, se encuentran también en productos para la salud como suplementos y vacunas, y hasta en comida para perros o fertilizantes. La piel de tiburón se utiliza para fabricar productos de cuero como carteras, zapatos o correas de reloj. En la industria se utiliza el escualeno, que se obtiene del hígado de tiburón, como base para lubricantes, agentes de limpieza y la elaboración de vacunas, a pesar de que también se puede obtener de las plantas un escualeno absolutamente equivalente.

En el sector cosmético, el colágeno extraído del cartílago de tiburón se utiliza para cremas antiarrugas y otros preparados que contienen colágeno. De acuerdo a Shark Foundation el colágeno que es extraído de los tiburones por lo general cuenta con el certificado “libre de BSE”, lo que significa que los ingredientes utilizados en los productos enumerados en el certificado no contienen ningún material prohibido y que el proceso de fabricación y el empaque están igualmente libres de contaminación. Además, estos productos son tanto kosher como halal, haciéndolos interesantes para los mercados árabes e israelíes.

Además, estos productos son tanto kosher como halal, haciéndolos interesantes para los mercados árabes e israelíes

A pesar de contar con un panorama tan difícil, existen buenas noticias

Las nuevas generaciones están luchando valientemente por cambiar la cultura de esta práctica. Muchos jóvenes asiáticos aseguran que están en contra de la crueldad e insostenibilidad de este negocio, como por ejemplo el ex jugador estrella de la NBA Yao Ming, quien lanzó una campaña de anuncios y documentales que exponen cómo el consumo de esta sopa ha puesto en peligro a muchas especies de tiburones. Se le atribuye que, gracias a esto, la matanza de tiburones por sus aletas se redujo hasta en un 80% en su natal China, ya que muchos no sabían lo que implicaba el negocio detrás de esta sopa. Otros blogueros, como Davina Da vegan, ofrecen incluso la opción de reinventar esta famosa sopa de aleta de tiburón, pero con ingredientes veganos.

Las implicaciones económicas del comercio de aletas de tiburón son considerables, lo que hace la aplicación de leyes y regulaciones muy difícil, pero el creciente negocio del buceo con tiburones ofrece una alternativa que nos revela que el valor de un tiburón vivo es mucho mayor a uno muerto. Las nuevas generaciones están osadamente cuestionando las antiguas prácticas y a su vez trayendo consigo un nuevo legado basado en la consciencia, responsabilidad y empatía.

Autora: Rosa María Cajiga, Licenciada en Derecho Ambiental y Derecho Constitucional, Máster en Derecho y Sociedad Animal

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