Como mucha gente, yo crecí en Barcelona en compañía de perros, gatos, periquitos y peces de colores en peceras. Pero desde que me hice vegano hace más de veinte años, no he vivido con ningún animal no humano. ¿Es porque soy vegano? No, no lo es. Conozco a muchos veganos que viven con animales no humanos. En mi caso, es simplemente porque las circunstancias de mi alojamiento y trabajo no me permitieron dar el cuidado y la atención adecuados que yo pienso debería dar a otros viviendo conmigo.

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©Bueno y Vegano. Daisy

Sin embargo, nunca tendré una mascota. ¿Por qué? Porque nosotros, los veganos éticos, no «tenemos mascotas» como tales. Podemos compartir nuestras vidas con perros y gatos rescatados, y ser los guardianes de otros necesitados, pero no «tenemos mascotas». Para nosotros, «mascota» es casi una palabra tabú. No es un insulto, ya que aquellos que la usan no tienen la intención de insultar a los animales a los que se refieren, pero tiene una connotación sutil similar a otras palabras utilizadas para «menospreciar» a los demás. Es como si fuera parte del vocabulario de «los opresores» humanos supremacistas que piensan que son superiores a los demás y usan palabras para denotar su estatus.

Nosotros, los veganos éticos, somos antiespecistas, lo que significa que nos oponemos a la discriminación contra seres sintientes debido al grupo en el que han sido clasificados. Podemos pensar en el racismo o la misoginia como un tipo de especismo, si consideramos el término más amplio del uso común de la palabra «especie» (que significa «tipo»). Pero si solo miramos la definición científica, entonces el especismo sería la discriminación por pertenecer a una especie biológica en particular (como un cerdo elegido para ser comido por pertenecer a la especie Sus scrofa en lugar de la especie Canis familiaris), o un ciervo disparado por deporte por pertenecer a la especie Cervus elaphus en lugar de Homo sapiens). Si eres antiespecista, vas a intentar tratar a todos con el mismo respeto, sin que importe a qué especie o grupo pertenezcan. Intentarás no dañar deliberadamente a nadie, y te comportarás respetuosamente cuando te reúnas con otros. Y parte de la forma en que se expresa ese respeto es a través del lenguaje.

Muchos artículos científicos escritos por veterinarios (especialmente veterinarios veganos) ahora usan regularmente «guardianes» en lugar de «dueños»

En el mundo anglosajón, la palabra «mascota» se define como «un animal domesticado mantenido como favorito». En inglés, la palabra es Pet, y se cree que se originó en 1530 en los dialectos escoceses y del norte de Inglaterra. Aparentemente, no se utilizó en el sur hasta mediados del siglo XVIII. El origen exacto no se conoce, pero se cree que el significado «hijo indulgente o favorito» precede a «animal mantenido como favorito» por unos 30 años. Sin embargo, se cree que en el siglo XIV se asoció con «pequeño, menor», derivado de una ortografía fonémica del francés antiguo petit (que, como en catalán, significa pequeño). De ahí que lo interpretamos como irrespetuoso.

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©Bueno y Vegano

Tratamos de no usar palabras que sean degradantes, insultantes, condescendientes o que generalmente indiquen que creemos que somos superiores a los demás, y si todavía lo hacemos, esto significa que nuestro proceso de veganización aún no se ha completado. Muchos de nosotros creemos que usar la palabra «mascota» para describir a alguien es una de esas palabras, independientemente de si se ha utilizado tan ampliamente que el significado original puede haberse perdido. A veces, todavía usamos el término para ayudar a la comprensión (ya que muchas personas lo usan) o en palabras combinadas (como «comida para mascotas» o «tienda de mascotas»), pero tendemos a evitarlo. ¿Y qué término es el que usamos en su lugar? El más común es «animal de compañía».

Otra forma en que podemos usar lenguaje supremacista sin darnos cuenta es eligiendo algunos verbos y adjetivos al describir animales de compañía que sugieren que nos pertenecen. Decir cosas como «esta es mi mascota» o «él es dueño de este gato» son algunos ejemplos. Por esta razón, algunos veganos que usan la palabra «animal de compañía» también intentan usar verbos y adjetivos diferentes a «poseer», «tener» o «mi». Por ejemplo, en lugar de decir «¿tienes mascotas?» podríamos preguntar «¿vives con algún animal de compañía?». En lugar de decir «esta es mi mascota» podríamos decir «somos compañeros». En lugar de decir «¿quién es el dueño de este perro?» podríamos decir «¿quién es el guardián de este perro?».

Ya he notado que muchos artículos científicos escritos por veterinarios (especialmente veterinarios veganos) ahora usan regularmente «guardianes» en lugar de «dueños», lo que creo que no solo es más equitativo sino también más preciso. La relación real entre los dos compañeros, el humano y el no humano, puede ser de igual respeto, pero desigual poder de decisión. El ser humano decide dónde ir, cuándo y qué comer, o cosas parecidas, por lo que el humano toma el papel de «cuidador» (cuidar de las necesidades del animal en un mundo humano hostil) y «guardián» (proteger al animal de los peligros humanos), por lo que estos verbos parecen mucho más precisos que «dueño».

Una «mascota» que alguien puede «poseer» y un «animal de compañía» que comparte la vida con una persona no son lo mismo, porque la actitud cambia la relación

No se trata solo de palabras, sino también de acciones. Los veganos éticos no tratamos a los animales con los que vivimos como trabajadores o accesorios de moda, sino como amigos que rescatamos de una mala situación. Para muchos veganos, el término «rescatador» sería incluso mejor que «cuidador». No creamos con reproducción selectiva perros de pedigrí «diseñados» por humanos para tener características particulares (como tamaños prácticos, caras lindas o colores interesantes), sino que rescatamos perros de cualquier raza de los refugios, ya que de lo contrario van a acabar siendo sacrificados. Y evitamos que se reproduzcan ya que no hay suficientes rescatadores para cuidar de todos los perros y gatos domésticos abandonados que necesitan desesperadamente ser adoptados.

También estamos en contra de tener animales salvajes como compañeros (las llamadas «mascotas exóticas») ya que no creemos que puedan vivir felices en cautiverio (aunque, a veces, si nacen en cautividad, pueden haber perdido la capacidad de sobrevivir en la naturaleza, y también pueden necesitar ser rescatados y cuidados por expertos en entornos adecuados para ellos). Esto incluye aves tropicales, reptiles, anfibios y peces (si necesitas una jaula, un tanque o un terrario para mantenerlos, significa que no quieren estar contigo). Pero vendríamos al rescate de cualquier individuo necesitado, independientemente de su especie, ya que negar la ayuda a animales «exóticos» seria especista.

Una «mascota» que alguien puede «poseer» y un «animal de compañía» que comparte la vida con una persona no son lo mismo, porque la actitud cambia la relación. Los veganos éticos compartimos nuestras vidas con animales domésticos solo si podemos proporcionarles una vida buena y equitativa con el máximo respeto y la mínima explotación, adaptada a las necesidades de los animales, no a la conveniencia del guardián, y esto explica por qué recientemente no he compartido mi hogar con ningún otro animal.

Los veganos que viven con otros animales no humanos lo deberían hacer solo para ayudarlos a sobrevivir en un mundo peligroso centrado en el ser humano que los trata como productos desechables, no para perpetuar el círculo vicioso de explotación. De la misma manera que la gente no debería «comprar» una esposa, o «poseer» un compañero de piso, lo mismo es aplicable a compañeros de otras especies. Los veganos deberían dar ejemplo de cómo tratar al «otro» de forma respetuosa.

Autor: Jordi Casamitjana, Zoólogo especialista en comportamiento animal

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Bueno y Vegano Marzo 2023