A pesar de que los canguros no son una especie considerada en peligro de extinción, se encuentran gravemente amenazados por la caza, los incendios forestales y la destrucción de su hábitat natural.

Los canguros, los marsupiales más grandes del mundo, son los animales más icónicos de Australia. Los marsupiales son una infraclase de mamíferos metaterios que se diferencian de los mamíferos placentarios por el nacimiento prematuro de la prole. Se caracterizan por su corto desarrollo durante su gestación en el útero y por completar gran parte del crecimiento agarrados a las glándulas mamarias del interior de la bolsa marsupial de las madres.
En la actualidad, existen unas doscientas setenta especies de marsupiales, unas setenta son oriundas del continente americano y aproximadamente unas doscientas de la isla de Australia, donde han devenido todo un icono nacional. Las cuatro especies más populares son el canguro antilopino, el canguro rojo, el canguro gris occidental y el canguro gris oriental. Son básicamente herbívoros, se alimentan de hierbas, flores, hojas, musgo y completan su dieta con insectos, así que no son para nada una amenaza para los seres humanos. Al igual que los rumiantes, los canguros regurgitan su comida y la vuelven a masticar antes de que esté lista para ser totalmente digerida y pueden sobrevivir sin beber agua durante varias semanas.
El gobierno ha puesto en marcha una campaña para incentivar entre la ciudadanía el consumo de carne de canguro, así como la comercialización de sus pieles
Sin embargo, a pesar de haber devenido un símbolo nacional, ser canguro en Australia hoy en día no es para nada fácil. En 2016, el gobierno australiano declaró el canguro como «plaga nacional» bajo acusaciones diversas tales como: competir con el ganado doméstico por la comida y el agua, pisotear los campos de cultivo y causar nueve de cada diez accidentes de tráfico.
Desgraciadamente, sacrificar animales para luchar contra su proliferación cuando son considerados plaga (gatos, conejos, etc.) es casi un deporte nacional en la cultura australiana, por ello, bajo este pretexto, el gobierno ha puesto en marcha una campaña para incentivar entre la ciudadanía el consumo de carne de canguro, así como la comercialización de sus pieles. La industria peletera se provee de los marsupiales desde hace muchos años, sobre todo para la elaboración de calzado deportivo y, aunque el consumo de carne ya no es popular entre la mayoría de australianos, puesto que son grandes consumidores de carne roja de vacuno nacional, el canguro ha devenido un reclamo gastronómico para el turismo o para elaborar comida para perros y gatos. El gobierno, por su parte, sigue insistiendo en que la carne de canguro es más beneficiosa para la salud que la carne de vacuno.
Además, debido al impacto de la crisis climática, en Australia los ecosistemas en general se están deteriorando a un ritmo vertiginoso, puesto que la temperatura aumentó una media de 1,47 grados desde 1910, cerca del límite fijado en el Acuerdo de París. Oceanía ya ha experimentado algunos de los efectos devastadores derivados del aumento de las temperaturas, como olas de calor, sequías extremas, incendios incontrolables, etc. motivo por el cual los fenómenos meteorológicos extremos que han afectado la gran isla han sido tomados como referentes para hacer previsiones y planes de contingencia frente a la emergencia climática. La fauna salvaje es quien más ha sufrido las terribles consecuencias de toda esta devastación.
Autora: Helena Escoda Casas, Historiadora y antrozoóloga, profesora de ciencias sociales
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