Existen cinco puertas de entrada al veganismo: los animales, la salud, el medio ambiente, la justicia social, y la espiritualidad. Las llamo puertas de entrada porque aquellos veganos que dicen que son «veganos por» cualquiera de estas, tienden a abrazar las otras con el tiempo. Como si el veganismo fuera una gran mansión con muchas salas y cuartos, y con cinco puertas exteriores que llevan a cinco vestíbulos. Muchos veganos se apegan más a la puerta y el vestíbulo que utilizan por primera vez (en mi caso, la de los animales), y esa puede seguir siendo su favorita y la que frecuentan más, pero con el tiempo aprenden a explorar las otras dimensiones de la mansión vegana.

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123rf Limited©mackoflower. Delicias de buda, plato de comida china vegetariana con tofu frito

La dimensión espiritual del veganismo

En mi caso, entré en el veganismo hace unos 20 años a través de la puerta de los animales, luego exploré la dimensión ambiental hace unos 15 años, la dimensión de la salud hace diez años, la dimensión de justicia social hace cinco años y la dimensión espiritual hace un par de años. Otras personas pasaron por un orden y un tiempo diferentes, y algunos nuevos veganos permanecen solo en el vestíbulo de la puerta elegida, ya que pueden sentirse muy cómodos allí. Pero yo siempre recomiendo seguir explorando, ya que el veganismo abarca mucho.

Durante mi infancia yo seguí la religión católica ya que esa era la de mis padres, pero en mi adolescencia me hice ateo. Durante años mi ateísmo me hizo distanciarme no solo de cualquier religión, sino también de cualquier movimiento espiritual del tipo «Nueva Era», ya que soy un científico racional que no precisa de ninguna explicación metafísica para comprender el mundo.

Pero esta actitud casi antirreligiosa me ha distanciado de la quinta dimensión del veganismo, que es la espiritual. Fue cuando empecé a escribir mi libro Ethical Vegan que abrí esa puerta para dar un vistazo a lo que había dentro. Al tener que escribir sobre la historia del veganismo, me empecé a interesar en su interpretación espiritual, especialmente por lo referente al jainismo y el budismo. No es que me haya convertido en budista, pero en los últimos años he leído mucho sobre esta religión. Aquí hay un resumen de lo que he aprendido sobre la intersección entre el veganismo y el budismo.

Inicialmente, el Buda enseñó que sus seguidores no debían matar conscientemente a ningún ser vivo, incluidos los insectos

Budismo y concepto de «no dañar»

Uno de los conceptos más importantes de la filosofía del veganismo es ahimsa. Este es un término en sanscrito que significa «no dañar», y los veganos éticos como yo lo aplicamos a todo lo que se pueda dañar (nosotros mismos, otros humanos, animales, y el medio ambiente). Es un concepto muy antiguo que ya lo encontramos en tradiciones religiosas del subcontinente indio de más de 300 años antes de la Era Común. Era usado por monjes de varias religiones y sectas que deambulaban en el reino de Magadha que existió entre los años 600 y 200 a. C. Uno de esos monjes fue Mahavira, un maestro de la religión jainista, que aún existe (sus monjes no solo son vegetarianos, sino que andan despacio intentando no aplastar a ningún insecto). Otro monje maestro contemporáneo de él fue Siddhartha Gautama, que había sido un príncipe que decidió abandonar su vida lujosa para intentar encontrar una manera de acabar con el sufrimiento en el mundo. Al final, después de sentarse en meditación bajo un árbol, llegó a un elevado estado de comprensión e iluminación, con lo que se convirtió en un ser «ilustrado». En el lenguaje pali que se hablaba entonces, Buddha significa «el ilustrado», y, por tanto, desde entonces, a ese expríncipe se le conoce como el Buda, y la religión que sus enseñanzas generó se la conoce como budismo. Aunque hoy en día está extendida en el oriente lejano, tanto el budismo como el jainismo empezaron en el reino de Magadha, en el norte de la India. Y ambos tenían como uno de sus principios básicos el principio de ahimsa, que a veces se traduce como «no violencia».

Ese es el mismo principio detrás del veganismo, así que, ¿debemos concluir que todos los budistas son veganos, o al menos vegetarianos? Eso sería lógico, pero la verdad es que no lo son. Algunos si, muchos son vegetarianos, pero otros comen carne. Depende de a qué tipo de escuelas budistas pertenecen, y en qué países (una cosa es la religión que líderes religiosos enseñaron cuando estaban vivos, y otra es lo que, después de siglos, las diferentes escuelas y sectas que se generaron acabaron creando como doctrinas religiosas).

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123rf Limited©cokemomo. Sansai soba, sopa japonesa de fideos de trigo sarraceno con vegetales

Lo que importa es la intención

Inicialmente, el Buda enseñó que sus seguidores no debían matar conscientemente a ningún ser vivo, incluidos los insectos. Sin embargo, lo que importaba era la intención, así que podías comer un animal muerto si no tenías intención de matarlo. Por lo tanto, el budismo, aunque comparte con el jainismo el deseo de no hacer daño a otros seres sintientes (los animales no humanos), se convirtió en una religión más pragmática y menos preocupada de lo que come la gente. Si a un monje se le diera carne de un animal que no fue matado específicamente para él, podría comerlo. El budismo se presentó como un «camino medio» entre aquellos que vivían una vida de opulencia comiendo todo, y aquellos que vivían una vida ascética rechazando todo.

Thich Nhat Hanh fue un monje budista vietnamita, activista por la paz, autor prolífico, poeta, maestro y fundador de la tradición budista Plum Village

Los jainistas y los budistas acabaron discutiendo públicamente sobre quién interpretaba mejor el concepto de ahimsa. Los budistas a veces señalaron a los jainistas como «extremistas». Un siglo después de la muerte de Buda (posiblemente alrededor de 400 a. C.), el budismo se dividió en dos: Theravāda y Mahayana. La escuela Theravāda está más enfocada en la salvación personal del ciclo interminable de sufrimiento, muerte y renacimiento para alcanzar el «Nirvana», y dice que la gente puede comer carne si no han visto, oído o sospechado que fue adquirida para ellos (afirman que el Buda comió parte de un cerdo en su última comida). Por otro lado, la escuela Mahāyāna también se preocupa por la salvación de «otros» seres, y para ellos aquellos a punto de alcanzar el Nirvana deben esperar y quedarse ayudando a otros para que también lo logren. Los monjes Mahāyāna, al menos en teoría, nunca deberían comer carne (afirman que no fue cerdo lo que el Buda comió en su última comida, sino algún tipo de hongo que comen los cerdos). Hoy en día, la mayoría de los monjes Theravāda (que se encuentran en Birmania, Sri Lanka y la mayor parte de Indochina) no son vegetarianos, pero los monjes Mahāyāna (que los encontramos en China, Japón, Mongolia, Vietnam y Corea) deberían serlo. Pero estamos hablando de monjes. Los practicantes de la religión que no son monjes o monjas pueden comer lo que quieran (mientras no mataran a nadie), pero los más devotos de la rama Mahāyāna también son vegetarianos.

Pero estamos hablando de comer carne o no. ¿Qué pasa con la leche y los huevos? Los vegetarianos de la India son lacto-vegetarianos, por lo que ya no comen huevos, solo leche. Hay muchos budistas que dicen que, para seguir el principio de ahimsa totalmente, uno debe de ser vegano, no solo vegetariano, y este movimiento está creciendo dentro del budismo. Ya ha habido monjes reconocidos que no solo practican el veganismo, sino que lo enseñan como una parte fundamental del camino espiritual. Uno de ellos, que fue muy popular internacionalmente, falleció hace poco, Thich Nhat Hanh. Él fue un monje budista vietnamita, activista por la paz, autor prolífico, poeta, maestro y fundador de la tradición budista Plum Village. Otros monjes famosos, como el Dalai Lama, por pertenecer a la escuela tibetana residente en lugares donde es más difícil cultivar vegetales, no es vegano, solo vegetariano. Quizás un día todos los budistas se hagan veganos, pero aún no hemos llegado a ese nivel.

Autor: Jordi Casamitjana, Zoólogo especialista en comportamiento animal

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