Actualmente existe una gran preocupación en la Unión Europea por la cruel práctica de extraer la sangre de yeguas gestantes, con el propósito de crear productos hormonales que aumenten la reproducción en animales de granja. Esta hormona está siendo utilizada para incrementar la reproducción en cerdos, vacas y otros animales usados para el consumo de carne en el Reino Unido y Europa. Cabe mencionar que este suero de yegua se puede obtener legalmente en Europa y el Reino Unido por medio de un veterinario registrado.

granjas de sangre equina
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Extracción de hormonas en las Granjas de Sangre Equina

El procedimiento se realiza en yeguas gestantes, particularmente en sus primeros meses de embarazo, en donde, mediante una cánula insertada en la vena yugular, se extrae su sangre mientras el animal se mantiene en una caja de sujeción. Esta sangre es después tratada para obtener la hormona gonadotropina sérica de yegua preñada (PMSG), también conocida como gonadotropina coriónica equina (eCG), subsecuentemente es convertida en polvo para ser enviada alrededor del mundo, donde uno de los especiales consumidores es la Unión Europea. Se señala que este procedimiento trae consigo efectos negativos a la salud y el bienestar de las yeguas, dado que estos animales muchas veces sufren violencia durante el proceso, además, debido al estrés que conlleva la extracción de sangre, corren el riesgo de sufrir lesiones y traumatismos, sin mencionar la cantidad de sangre extraída, que por lo general supera el número indicado para garantizar su salud. Además del constante abuso físico y mental que conlleva el someterlas al proceso de inseminarlas artificialmente y los repetidos abortos.

Islandia se encuentra bajo presión para prohibir la producción de la PMSG, debido a que esta práctica ha sido descrita como: «cruel» y «abusiva»

El uso de la hormona PMSG en animales como cerdas es utilizada para inducirles el celo y por ende incrementar el número de embarazos y crías por año. Los expertos aseguran que los cerdos, así como la mayoría de los mamíferos, cuentan con un ciclo natural en el cual, al terminar el parto, se inhiben ciertas hormonas relacionadas con la intención de iniciar un nuevo celo, esto con el afán de que las madres lactantes ofrezcan la atención y cuidados que sus crías necesitan, además de dejar descansar a su cuerpo. Sin duda, la interrupción de este ciclo, hecho artificialmente mediante la gonadotropina sérica, trae consigo efectos negativos para la salud física y mental de estos animales y sus crías.

Presiones para la prohibición

Miles de yeguas así son criadas alrededor del mundo, otras tomadas del medio salvaje y artificialmente inseminadas para conseguir el mencionado suero. Se presume que tan solo en Islandia existen 119 granjas de sangre equina, las cuales llevan operando por más de 40 años sin que la mayoría del público tenga conocimiento de ello. Actualmente, Islandia se encuentra bajo presión para prohibir la producción de la PMSG, debido a que esta práctica ha sido descrita por varios expertos, así como organizaciones y público en general como: «cruel» y «abusiva». En específico, la organización Animal Welfare Foundation se ha dedicado a realizar las indagaciones suficientes para así presentar las evidencias que demuestran los signos del trato cruel y abusivo que sufren los animales. A finales de marzo de este año una coalición de 17 organizaciones sin fines de lucro ha presentado una queja sobre la situación en Islandia ante la Asociación Europea de Libre Comercio y la Autoridad de Inspección, mejor conocida por sus siglas (ESA), la cuales supervisan el cumplimiento de las normas del Espacio Económico Europeo en zonas como Islandia, Liechtenstein y Noruega. La denuncia señala a Islandia de violar la ley del Espacio Económico Europeo sobre la protección de animales utilizados con fines científicos y menciona que las autoridades en dicho país deberían prohibir dicho procedimiento.

La Comisión Europea a su vez ha demostrado su preocupación por el trato que sufren los caballos criados para obtener sangre, por lo tanto, el parlamento europeo ha pedido que se prohíba las importaciones de dicha hormona. Por fortuna, el apoyo a la prohibición también está expandiéndose dentro de Islandia. Un famoso partido islandés ha presentado un proyecto de ley ante el parlamento donde pide su prohibición. El proyecto de ley está pendiente de votación para este verano, ya que se esperan los hallazgos obtenidos de un grupo de trabajo creado por el departamento de Pesca y Agricultura. Este proyecto cuenta con el apoyo de varios grupos, tales como la Asociación de Turismo de Islandia.

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123rf Limited©irenefox. Veterinario durante el examen médico

Falta de regulación

Sin embargo, es sabido también que esta hormona no solo es producida en Europa, sino también en países como Estados Unidos y América del Sur, en particular Argentina, en donde no es ni siquiera posible el tener una regulación de cómo realizar la obtención de PMSG, ya que aún no cuentan con una ley específica para la experimentación con animales. De momento solo existe un proyecto de ley sobre experimentación con animales el cual pareciera sigue detenido desde el año 2016, llamado «Proyecto para la protección para los animales de experimentación utilizados con fines científicos y educativos» dejando como única ley aplicable para la protección de los animales a la «Ley 14346 sobre la protección de los animales» la cual ha demostrado ser insuficiente para garantizar el bienestar de los animales en la nación. Pero esta situación no es un hecho aislado entre los países dedicados a este negocio, ya que dentro de éstos siempre se encuentra una forma de llevarlo a cabo. Mientras que algunos carecen de legislación de bienestar en este tema, otros crean exclusiones dentro de su legislación, por ejemplo, en Estados Unidos, el Animal Welfare Act o Ley de Bienestar Animal, excluye a los caballos usados en la experimentación. Otros países deciden simplemente no realizar el control necesario para la aplicación de las leyes que protegen a estos animales.

Es urgente repensar y tomar acciones en la manera en la que tratamos a los animales, no solo en el aspecto moral

Por un bienestar animal transfronterizo

Ante esta problemática internacional existen grandes obstáculos, dado que la Unión Europea no puede imponer sus estándares de bienestar animal en terceros países, ya que la política comercial debe respetar las reglas de la Organización Mundial del Comercio. A pesar de los esfuerzos de la Comisión Europea por hacer notar la importancia de mejorar las condiciones de bienestar de las yeguas usadas para la producción de PMSG ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), estos siguen sin traer grandes cambios. Quizás es entonces vital que se establezcan acuerdos entre la Comisión Europea y los países que no forman parte de la misma en el tema de bienestar animal, ya que solo así se podrá lograr un verdadero avance al bienestar de los animales de manera transfronteriza.

Sin lugar a dudas, las granjas de sangre equina no son solamente abusivas hacia los animales involucrados, sino que además contribuyen a crear efectos negativos hacia el planeta, ya que ayudan a seguir perpetuando un modelo de ganadería intensivo e insostenible, el cual cada día merma recursos naturales que son valiosos para todos. Es evidente que el tema de bienestar animal cuenta con una gran trazabilidad dentro de los problemas que enfrentamos actualmente en el mundo y como sociedad. Este caso es evidencia de que es urgente repensar y tomar acciones en la manera en la que tratamos a los animales, no solo en el aspecto moral, sino en el impacto que este tiene en el medio ambiente y por consiguiente en nuestra capacidad de subsistir.

Autora: Rosa María Cajiga, Licenciada en Derecho Ambiental y Derecho Constitucional, Máster en Derecho y Sociedad Animal

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