Me encantaba el queso. Antes de decidir volverme vegano hace más de 20 años, el queso de vaca era una de mis «comidas» favoritas. A menudo les pedía a mis amigos que me trajeran queso cuando iban de vacaciones. Y, como también les pasó a muchos veganos que conozco, estoy seguro que el queso es uno de los motivos más importantes que retrasaron el proceso de mi veganización.

Químicamente adictivo
Pero eso no es de extrañar, ya que es bien conocido el hecho de que el queso es adictivo, no solo por lo referente a su forma y textura, sino químicamente adictivo. La caseína es una proteína que se encuentra en la leche, y por producir casomorfina cuando se consume, es responsable de esta adicción. Pero es una adicción relativamente «natural» ya que, en mamíferos, ayuda a que los bebés vuelvan a su madre para amamantar más. Digo «vuelvan» porque, al contrario del caso de los seres humanos, la mayoría de los bebés de mamíferos pueden ya andar a las pocas horas o incluso minutos de haber nacido, por lo que es importante que no se vayan lejos. Tener adicción a la leche de su madre les ayuda a volver. Pero este no es el caso de los humanos que siguen tomando leche como adultos, por lo que esa adicción deja de ser natural para ellos. Y si añadimos el hecho que el queso es leche concentrada, va a tener mucha más caseína, y por tanto va a ser mucho más adictiva.
El famoso doctor vegano Neal Barnard, presidente de la Asociación de Físicos para la Investigación de Medicina Responsable, dice: «Las casomorfinas se enganchan a los receptores opiáceos del cerebro, provocando un efecto calmante similar al que causan la heroína y la morfina».
¿Qué hay de la carne? ¿Es adictiva?
¿Pero es la carne también adictiva? Otro de los doctores veganos famosos cree que también. Michael Klaper dijo a Plant Based News lo siguiente: «Hay dos razones por las que creo que la gente vuelve a comer carne. Una es la presión social. Se cansan de ser la persona extraña en un restaurante, o cocinar dos comidas para sus cónyuges en casa. En gran parte es social. Pero las personas que realmente tienen un antojo real de carne, creo que tiene que ver con la comida que comemos cuando somos bebés. Cuando lo piensas, a los seis meses de edad, cuando el bebé todavía está mamando del pecho, con todo el amor en el corazón de los padres, se abre ese tarro de corderito, o de pollito, y en ese momento tres veces al día la carne animal está untada en los intestinos de ese niño».
Carnitina, creatina, y mioglobina son tres candidatos posibles de sustancias adictivas que la carne podría tener
«A los dos o tres años están en el restaurante de comida rápida comiendo sus ‘Happy Meals’. Comenzaron con una dieta basada en animales. Y si comes carne tres veces al día durante la infancia, la niñez, la adolescencia, la pubertad, los veinte, los treinta, te volverás dependiente de la carnitina, la creatina, los nutrientes musculares que están entrando con la comida. Tu cuerpo los produce, pero si vienen tres veces al día desde la infancia, ¿qué van a hacer tus genes?” Van a regular a la baja su propia producción de carnitina y creatina porque las obtienen tres veces al día. Bueno, eso funciona siempre y cuando sigas comiéndola (por supuesto que estás desarrollando un montón de enfermedades diferentes mientras lo haces), pero si de repente dejas de comer carne, tu cuerpo todavía está buscando esos nutrientes preformados, y tienes que hacerlos tú mismo», añade.
Carnitina, creatina, y mioglobina
Carnitina, creatina, y mioglobina son tres candidatos posibles de sustancias adictivas que la carne podría tener. Todas estas son proteínas que se usan para formar músculos. Los veganos las creamos nosotros mismos en nuestros cuerpos a partir de los aminoácidos que obtenemos de las plantas y hongos que comemos normalmente (no es como el caso de la vitamina B12, que el cuerpo no la puede sintetizar), pero la teoría es que, si se consumen ya formados, el cuerpo no va a gastar recursos para formarlos.
Se han hecho algunos estudios sobre estas moléculas en la gente que ha dejado de comer carne, y los resultados no son totalmente concluyentes. Parece que la homeostasis de carnitina y carnosina no se vio afectada por una dieta vegetariana de tres o seis meses, sugiriendo que tales proteínas son fácilmente producidas con una dieta vegetariana, porque muchas son recicladas por los riñones. Pero el caso de la creatina puede ser un poco más complicado, y el cuerpo puede tardar más a «aprender» a producirla.

Otras moléculas potencialmente adictivas
Hay otras moléculas presentes en la carne cuya estructura sugiere que podrían ser responsables de adicciones. La hipoxantina, y otras sustancias como el ácido inocínico y el ácido guanílico, tienen una estructura química similar a la cafeína, que es un estimulante. Según un estudio, la carne de res tiene una gran cantidad de inoceno, monofosfato innazina e hipoxantina xantina, que en sí misma es una precursora de la cafeína. ¿Eso significa que tienen un efecto similar? No necesariamente, pero sabemos que la cafeína entra en el receptor de adenosina y luego bloquea la adenosina para que no te sientas cansado, y un estudio mostró que la inosina y la hipoxantina también se unen a los receptores de adenosina. Además, la hipoxantina cruza la barrera hematoencefálica, con lo que puede afectar al cerebro más directamente.
Puede haber otras fuentes de adicción además de proteínas que se encuentran en los músculos. La carne a menudo tiene mucho sodio, que puede ser muy adictivo. También podría haber algunas causas intestinales en relación a la flora bacteriana intestinal, que necesita tiempo a cambiarse cuando uno se vuelve vegano. Y luego tenemos aspectos psicológicos de adicción, relacionados con donde se come la carne, y que es lo que significa comerla para algunos (en algunas situaciones, la carne tiene un alto estatus social).
Diferentes niveles
En resumen, si bien la posible adicción de la carne no está tan confirmada como la adicción al queso, es posible que lo sea a diferentes niveles, así que, algunos, puede que necesiten más tiempo para deshacerse de la adicción, y puede que experimenten algunos síntomas de abstinencia (lo que puede explicar por qué decidieron abandonar el veganismo después de solo unas semanas). El Doctor Klaper dice: «Creamos esta dependencia y creemos que es normal. No es normal. Crías a un niño como vegano, y no tienen antojos de carne. Ellos están bien. Ellos son atletas. Esta es una dependencia adquirida creada al alimentar a un bebé humano con carne animal tres veces al día desde la infancia. Ningún otro primate hace eso».
Adicción o no, se puede vencer de la misma manera que se vencen todas las otras adicciones
Adicción o no, para aquellas personas que podría ser que la estén padeciendo (la mayoría de los veganos que conozco nunca la han experimentado, por cierto) se puede vencer de la misma manera que se vencen todas las otras adicciones. Parar de tomar el producto que te causa adicción (y si toleras los síntomas de abstinencia, mejor hacerlo radicalmente, no gradualmente) y dejar pasar cierto tiempo para que tu cuerpo «entienda» que ya no vas a darle este producto de ahora en adelante, así que debe adaptarse.
Tardé aproximadamente un mes en deshacerme de mi adicción al queso, y al cabo de un par de meses de ser vegano y no probar ni quesos veganos, me parecía imposible que la gente considerara ese objeto amarillo y mal oliente como comida. Me parecía como si fuera arcilla podrida. Una sensación similar ahora me da la carne, que también me parece un pedazo de cadáver podrido. Y aquellos productos veganos que la intentan imitar ya no me atraen, ya que me recuerdan la muerte y el sufrimiento. Para mí, nada supera una fresa dulce, un plátano cremoso, una lechuga fresca, una nuez crujiente, o un melocotón jugoso. No son adictivos, peros sí sabrosos y nutritivos.
Autor: Jordi Casamitjana, Zoólogo especialista en comportamiento animal
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