Actualmente, según un estudio reciente, sólo el 20% de los habitantes de la India son vegetarianos. Tras el Cristianismo y el Islam, el Hinduismo, con más de mil millones de fieles, constituye el tercer culto religioso más extendido.

Hinduismo
123rf Limited©federicofoto. Sij durante el desfile

Hinduismo, el tercer culto religioso más extendido

Es la religión mayoritaria en el subcontinente indio, en Nepal y en el sur de Asia. Además, a lo largo y ancho del planeta, existen numerosas comunidades hindúes asentadas en países occidentales. En España, la comunidad más significativa se encuentra en el barrio madrileño de Lavapiés. Todas estas comunidades han dado a conocer su gastronomía y sus tradiciones, logrando una gran popularidad. El Hinduismo se considera uno de los credos más antiguos. A diferencia de la mayoría de religiones, esta doctrina no tiene un único fundador, ni una única escritura sagrada, ni un conjunto homogeneizado de enseñanzas acordadas. Para muchos estudiosos, el Hinduismo es como una gran familia de religiones en vez de una sola. Como resultado de esta gran diversidad, un conjunto de relatos mitológicos configura un elenco politeísta muy extenso y, por esta razón, la comunidad hindú está constituida por diferentes ramas herederas de la suma de diversas tradiciones basadas en creencias metafísicas, rituales y costumbres milenarias. El Jainismo, el Budismo y el Sijismo son ramas con idiosincrasia propia herederas de esta tradición.

Los hindúes interpretan su filosofía como “la religión eterna” o “sanātana-Dharma”: un credo que jamás encontrará su fin y basado en el principio moral de la Ahimsa, que significa no-violencia y que según algunas interpretaciones debe incluir a todos los animales, razón por la cual se debe evitar la matanza y el consumo de carne. De entre todos los dioses hindúes, el más popular es Krishna, dios de la misericordia y de la infancia. Krishna se representa como pastor de vacas y como su protector, pues la vaca es considerada la principal fuente de riqueza, por ello entre las señas identitarias del núcleo hindú destaca el culto y la protección de la vaca como animal sagrado, así como la creencia en la reencarnación y la transmigración de las almas. Estos principios básicos son fundamentales para comprender que las creencias hindúes deben abrazar el vegetarianismo, dado que la premisa basada en la transmigración de almas da cabida a que podemos reencarnarnos en cualquier ser vivo.

En relación con el veganismo, la rama del hinduismo que abraza los principios morales básicos que promovemos los veganos es el Sijismo

La vaca, sagrada

Gandhi alcanzó popularidad entre las masas por ser un vegetariano acérrimo protector de vacas. Según el prestigioso antropólogo Marvin Harris, en su conocido libro Bueno para comer, el gran clásico de la antropología sobre las costumbres alimenticias, las razones lógicas del enigma de la vaca sagrada se basan en que dar protección y rendir culto a la vaca simboliza la adoración de la maternidad, incluida la humana. La vaca es el ser más bondadoso del Universo. Rendir culto a la vaca conducirá al estado de Nirvana durante las próximas 21 generaciones. Para reencarnarse en una vaca son necesarias al menos 86 transmigraciones del alma y una más para devenir un ser humano. Aquél que mate a una vaca (o toro), hará que su alma retroceda hasta reencarnarse en el peldaño más miserable.

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Gobind Singh (con un pájaro en brazos) se encuentra con Gurú Nanak; pintura del siglo XVIII

Los agrónomos de los países industrializados consideran que las vacas viejas, en términos económicos “no productivas”, son ganado sobrante que debería ser sacrificado. Ante esta afirmación, un fiel hindú debería responder: ¿llevarías a tu madre al matadero cuando sea mayor? A pesar del gran peso de las representaciones sociales en el imaginario occidental ¿realmente la mayoría de los habitantes de la India son vegetarianos? o ¿es este uno de los grandes mitos sobre el país asiático? Según informó BBC en 2018, una nueva investigación realizada por el antropólogo Balmurli Natrajan y el economista Suraj Jacob indicó que solamente el 20% de la población de la India es realmente vegetariana. Estos datos muestran que los estereotipos no siempre se ajustan a la realidad. De hecho, el sacrificio de vacas y otros animales está legalizado en muchos estados indios. Sin ir más lejos, India es el primer productor mundial de cuero. A pesar del arraigo de la filosofía hindú, el país no es un paraíso para todas las vacas. En realidad, para muchas es un infierno. Solamente los estados de Bengala y Kerala cuentan con una legislación que prohíbe el sacrificio de vacas, pero esto tampoco les garantiza poder librarse de la crueldad humana. Los estados habitados por mayorías cristianas y musulmanas cuentan con grandes mataderos de bóvidos, donde son sometidos a sacrificios crueles, sobre todo para nutrir el desalmado negocio del cuero. Cada año, miles de vacas son transportadas a los estados indios donde el sacrificio está permitido. Sufren traslados en malas condiciones y muchas se desvanecen por el camino. ONGs animalistas como Animal Equality y PeTA han documentado la crueldad que hay detrás de la vestimenta de cuero.

Sin embargo, dentro del mosaico cultural existente en la tradición hindú ¿qué colectivos abrazan los principios morales de respeto por la vida de los demás animales?

El Sijismo

En relación con el veganismo, la rama del hinduismo que abraza los principios morales básicos que promovemos los veganos es el Sijismo. La palabra sij significa discípulo, alumno, puesto que siempre deben estar dispuestos a seguir aprendiendo. El Sijismo nació en Punjab, en el norte de la India, fue fundado por Gurú Nanak Dev Ji. Los sijs son veganos, no comen carne, ni pescados, ni huevos, porque consideran que matar a un animal y matar a una persona es la misma violencia. Tampoco se cortan los cabellos porque consideran que este hecho va en contra de la naturaleza. Rechazan el sistema de castas puesto que creen en la igualdad entre todas las personas.

Los estados habitados por mayorías cristianas y musulmanas cuentan con grandes mataderos de bóvidos, donde son sometidos a sacrificios crueles, sobre todo para nutrir el desalmado negocio del cuero

Los Hare Krishna son vegetarianos. De acuerdo con sus creencias, Krishna nos libera de todas las reacciones del karma cuando acepta los alimentos vegetarianos que le sean ofrecidos con amor, pues la Bhagavad-gītā, uno de los más importantes textos sagrados de la tradición hinduista, establece que los lácteos, los granos, frutas y vegetales aumentan la duración de la vida y proveen fuerza, salud y felicidad. La carne y el pescado están descritos como alimentos pútridos, descompuestos y sucios, debido a que involucran la matanza de animales inocentes y por lo tanto ingerir carne levanta cuestiones éticas y psicológicas muy serias. Según los Vedas, el cuerpo de pensamiento del cual el Bhagavad-gita es el texto esencial, las plantas, las bestias y toda forma de vida menos avanzada que la humana, está atada por leyes naturales a comer según sus instintos. Los humanos, dotados de una inteligencia superior, pueden adoptar principios espirituales más elevados al escoger su alimento.

En Varanasi, donde el culto al dios Shiva es el más extendido, en 2019 el gobierno municipal del partido nacionalista hindú BJP prohibió la venta y el consumo de carne al menos a 250 metros de todos los templos y sitios históricos de la ciudad. Sus habitantes basan su alimentación en el sattva (equilibrio) directamente influenciado por su fuerte sentido de espiritualidad. Un menú sátvico se basa en los principios ayurvédicos y sigue los más estrictos estándares de vegetarianismo prescritos por el Sanatana-dharma, una forma absoluta de comprender el Hinduismo. También se prohíbe el uso de cebolla y ajo en la cocina, ya que se cree que aumentan la ira y la ansiedad. Casi todas las casas de Varanasi tienen un altar dedicado al dios Shiva y comer carne en el hogar es algo impensable.

Autora: Helena Escoda Casas, Historiadora y antrozoóloga, profesora de ciencias sociales

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