Los animales no humanos son y han sido un eje esencial para nuestra supervivencia. Desde la antigüedad han formado parte de nuestro sistema económico, social, religioso, cultural y hasta político. Desafortunadamente, al mismo tiempo, los hemos mantenido al margen de cualquier tipo de reconocimiento, incluida su protección legal. Exploremos el significado de Derecho Animal.

Definición de Derecho Animal
En más de una ocasión hemos oído hablar sobre el Derecho Animal, quizás con particular interés lo hemos escuchado todos a los que nos preocupan los animales no humanos. El Derecho Animal en realidad, no se podría categorizar bajo los estándares tradicionales de las otras disciplinas del Derecho, como el Derecho Civil, Penal, Mercantil, Laboral, entre otros, ya que éste no podría ser limitado por un conjunto específico de estatutos. La razón es, porque el Derecho Animal está más bien definido por los hechos a los que se aplica, en este caso a los hechos que tienen que ver con los animales no humanos, en particular a su protección. Esto quiere decir que el Derecho Animal puede estar presente dentro de cualquier otra rama del Derecho y al mismo tiempo éstas otras ramas del Derecho se pueden usar como herramientas para la protección de los animales no humanos.
Por ejemplo, en un caso de abandono a una mascota, los abogados especializados en Derecho Animal pueden hacer valer las leyes penales que tipifican el delito de abandono y llevar el caso a la fiscalía según su caso. O en un caso de contaminación a un río o un bosque se pueden utilizar las leyes de protección al medio ambiente para salvaguardar el bienestar de los animales que forman parte de ese hábitat. Del mismo modo nos podríamos imaginar en un caso de disputa entre una pareja por la posesión de un animal de compañía, atenderíamos a las leyes establecidas dentro del Código Civil, incluso las mercantiles si existió en su momento un contrato de compraventa.
Una cruda realidad es que los animales no humanos suelen ser, además, el centro de muchos intereses económicos
Dentro de la Ley, los animales se clasifican según el uso que se les da en nuestra sociedad, estas categorías principales se encuentran, por ejemplo: vida silvestre, investigación, animales de compañía, entretenimiento, trabajo y para el consumo humano. Esta perspectiva antropocéntrica establece al mismo tiempo los límites y la forma en que los animales están protegidos, y por ende crea desigualdades en su protección, ya que no es lo mismo hablar de la protección que puede tener un animal de compañía a la de un animal usado para consumo, como un cerdo o una gallina, o animales usados para la investigación como ratas o peces. Entre la acuacultura y la ganadería, por ejemplo, existen notables diferencias en la protección animal, como los estándares de bienestar, métodos de matanza y crianza. Esta diferenciación sigue generando grandes desafíos para salvaguardar el bienestar de todos los animales no humanos.
Recorrido histórico
El Derecho Animal no es del todo algo nuevo, los romanos ya contaban con una clasificación especial hacia los animales dentro de su sistema legal. Desde ese momento y hasta ahora, los animales se han clasificado como propiedad en el mundo occidental. Con esta clasificación se proporcionó un cierto nivel de protección a los animales; sin embargo, ha creado a su vez una laguna jurídica dentro de la cual solo se protegen aquellos que resultan valiosos para su propietario. De esta manera, los animales no humanos dentro de la mayoría de las legislaciones se consideran cosas, tal como una silla o una puerta, esto a pesar de su capacidad de sentir. Esta codificación en muchos países representa el desafío más grande para los abogados y defensores de los animales.

Las leyes que protegen a los animales en nuestro sistema legal actual son muy diversas y varían mucho de un país a otro. Esta diversidad se debe a varios aspectos, incluidos los culturales, religiosos, agendas gubernamentales y diversos intereses económicos. Esta variedad trae consigo a su vez grandes retos, ya que, en unos países los animales no humanos pueden tener un valor más significativo que en otros. En especial cuando se habla de la ponderación entre los estándares de bienestar animal y los valores culturales o incluso religiosos, por ejemplo, el comercio de carne de perro y las granjas de éstos en países como Korea del Sur, Indonesia, China y Vietnam, las corridas de toros en España, Francia y Latinoamérica o la práctica del “Grindadráp” o caza de ballenas y delfines en las islas Feroe en Dinamarca. Incluso los discutidos rituales de matanza judíos y musulmanes, “kosher” y “halal” respectivamente.
Una cruda realidad es que los animales no humanos suelen ser, además, el centro de muchos intereses económicos, ya que muchas personas se benefician de ellos, lo cual también crea obstáculos en el momento de protegerlos. Por ejemplo, para los productores y la industria, el hecho de otorgar más protección a los animales aumenta los costos de producción, reduciendo por ende las ganancias. La lucha por los animales en el lobby es complicada porque la Industria ejerce presión sobre las decisiones del Gobierno; esto crea un gran desafío cuando es necesario tomar decisiones.
El Derecho Animal es una disciplina que está en constante crecimiento y evolución
Sin embargo, hemos sido testigos de que ha habido un cambio en el paradigma sobre cómo la mayoría pensamos acerca de los animales. Esto no es un tema del todo nuevo, ya que a lo largo de la historia han existido siempre personas preocupadas por los animales, como el jurista romano Ulpiano, quien cuestionaba la libertad de todos los seres, en especial los animales no humanos, que habían sido capturados de la naturaleza; Friedrich Nietzsche, quien criticaba la crueldad de los actos de los seres humanos hacia los otros animales; el filósofo inglés Jeremy Bentham quien fue considerado un pionero en el tema del bienestar animal y Peter Singer, quien en 1975 escribió el libro “liberación animal,” una de las obras angulares que ha ayudado a impulsar el debate en torno a la ética animal.
Cambio de perspectivas
A lo largo del tiempo se ha cuestionado si los animales no humanos deberían o no considerarse criaturas sensibles, capaces de sentir y sufrir. Este cuestionamiento se ha visto reflejado en la creación de una legislación cada vez más novedosa y elaborada. Ahora podemos ver a los animales contemplados como seres sensibles en varios ordenamientos legales, como recientemente en el Código Civil de España, donde a los animales se les considera seres sintientes, en otras palabras, seres vivos dotados de sensibilidad. Con este avance, España se ha posicionado al nivel de la legislación de bienestar animal dentro de la Unión Europea, uniéndose a otras naciones como Suiza, Francia, Austria y Colombia, quienes reconocen en sus Constituciones a los animales como seres sintientes; esta inclusión posiciona a los animales en un nuevo y mejor estatus dentro de la Ley y lo más importante es que trae consigo un nuevo paradigma sobre de los animales.
Es un hecho que existe una creciente preocupación por el uso de animales; la gente está mostrando una perspectiva más compasiva hacia los animales, lo que ha creado una presión constante para que los gobiernos y las industrias cambien sus viejos métodos. El Derecho Animal es una disciplina que está en constante crecimiento y evolución con la ayuda de otras disciplinas como Biología, Medicina Veterinaria, Filosofía y otras. Esta colaboración está dotando de fuerza y convirtiendo el Derecho Animal en una herramienta esencial para la protección de los animales, lo que ofrece una nueva esperanza para el movimiento de defensa de los animales.
Autora: Rosa María Cajiga, Licenciada en Derecho Ambiental y Derecho Constitucional , Máster en Derecho y Sociedad Animal
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Bueno y Vegano Febrero 2022
No hay nada más hipócrita que vegano con mascota. Tener mascotas es la esclavitud más aceptada del siglo xxi. Si creen en los derechos de los animales, dejen de decidir como deben vivir al tenerlos como mascotas.