Auschwitz comienza donde quiera que alguien mire un matadero y piense: solo son animales. – Theodor W. Adorno

Los paralelismos entre el genocidio judío y las matanzas de animales son muy habituales en libros de historia, es aceptado afirmar que los judíos asesinados fueron transportados como animales a los campos de exterminio. Sin embargo, si invertimos el orden de la oración y decimos que los animales son transportados como los judíos a los campos de exterminio, entonces se genera una enorme controversia… pero los paralelismos y las conexiones históricas son flagrantes.

Reflexiones sobre el concepto “Holocausto animal”

Holocausto: incendio total

La etimología del término holocausto es distinta del significado que le atribuimos actualmente. Holocausto significa literalmente incendio total. Tradicionalmente, este término se usaba para designar rituales de la Antigüedad en los que se sacrificaba y se incineraba a un animal como ofrenda a un dios. El sacrificio era ofrecido a la divinidad para redimir los pecados de la humanidad, la víctima solía ser un chivo, de aquí también procede la expresión chivo expiatorio. Por ello, el término holocausto aplicado al asesinato en masa durante el Tercer Reich puede ser considerado inapropiado, especialmente en el ámbito judío, en el cual se considera más justo usar el término en lengua hebrea שואה (shoá), que significa catástrofe.

En 2003, la organización norteamericana en defensa de los animales People For an Ethical Treatment of Animals (PeTA) lanzó una campaña visual llamada Holocaust on your Plate en la cual, yuxtaponiendo imágenes reales, instaba a los espectadores a reflexionar sobre las similitudes existentes entre el asesinato en masa de judíos en los campos de exterminio nazis y las matanzas de animales en los mataderos industriales. La campaña generó tal controversia e indignación, que la organización tuvo que retirarla y pedir disculpas públicas a quienes se habían sentido profundamente heridos.

Paralelismos

Sin embargo, los paralelismos entre el genocidio judío y las matanzas de animales son muy habituales en los libros de historia, así como en las visitas guiadas en los campos de exterminio. Es muy común, yo misma recuerdo haberlo leído textualmente en mi libro de Historia Contemporánea de Bachillerato, que a los judíos se les transportaba hacia la muerte hacinados en trenes de carga como ganado y, de hecho, los vagones utilizados para transportar a los judíos habían sido diseñados y previamente utilizados para transportar animales al matadero. Las menciones y comparaciones referentes al hecho que los nazis trataron a los judíos como ganado son aceptadas por la opinión pública, pero cuando se invierte el orden de la comparación, entonces se genera la gran controversia.

Los paralelismos entre el genocidio judío y las matanzas de animales son muy habituales en los libros de historia

El pueblo judío ha sufrido persecuciones y estigmatizaciones durante siglos en distintos países. Las diferencias culturales y, sobre todo, la dedicación al negocio de la banca y el préstamo monetario, prohibido originalmente a los cristianos, devinieron pretexto para acusar a la comunidad judía de usura y de aprovecharse del pobre. Las campañas de nazificación de la sociedad alemana se encargaron de deshumanizar a los judíos ante la opinión pública, culpándoles de la crisis económica de la década de los años treinta y acusándoles de quererse aprovechar de los valores del trabajo y la voluntad de los pueblos germánicos.

La nazificación de la sociedad es un claro ejemplo de cómo una gran masa perteneciente a un pueblo culto pudo dejarse llevar por una ideología irracional basada en la fe en un líder incuestionable. Y la solución final nazi, para exterminar al pueblo judío y a otros seres considerados subhumanos o indeseables (gitanos, eslavos, comunistas, homosexuales, disidentes, etc.) se inspiró en la minuciosa organización de los mataderos industriales norteamericanos, eficaces para sistematizar la matanza deshumanizando por completo. Una figura clave para entender este proceso es el magnate del automóvil Henry Ford, un referente histórico para Adolf Hitler, por su ideología racista, antisemita y supremacista wasp (blanco, anglosajón y protestante) y quien le sirvió de modelo de inspiración por su capacidad en desarrollar una nueva organización del trabajo industrial para aumentar la productividad.

Reflexiones sobre el concepto “Holocausto animal”

El primer matadero industrial

En 1865, se inauguró el primer gran matadero industrial en Chicago. Cuarenta años después, el empresario automovilístico Henry Ford y su jefe de ventas William Klan visitaron estas instalaciones y quedaron fascinados por la eficiencia en que estaba organizada la división del trabajo en cadena, en la que un animal entraba vivo y en un tiempo récord salía completamente descuartizado y empaquetado. La división del trabajo en cadena es crucial para la organización laboral del matadero industrial, puesto que el acto de matar en sí es muy perturbado y la división del trabajo no solo resulta más eficiente en términos de productividad, también convierte el acto de matar en algo más fácil, despersonalizado y necesario para soportar el ambiente de la matanza. Ford tomó la minuciosa organización del proceso en que se desmembraban los cuerpos de los animales en el matadero de Chicago como ejemplo y lo aplicó a la inversa en las cadenas de montaje de su fábrica, donde entraban un conjunto de piezas y en un tiempo récord salían coches montados.

El éxito de la buena organización de la fábrica de Ford, inspirada en la eficiencia del primer matadero industrial, sirvió de inspiración para diseñar los campos de concentración nazis, unas instalaciones donde poner en práctica una matanza sistemática de forma eficaz, rápida y limpia, basada en la metodología industrial.

Obras literarias

El símil entre el trato a los animales y el Holocausto ha sido tratado por varios escritores notables. Una obra muy significativa es Eternal Treblinka o ¿Por qué maltratamos tanto a los animales? En su traducción al castellano, del historiador Charles Patterson. Según la tesis de Patterson, las conexiones entre la ideología nazi que condujo a llevar a término el Holocausto y el maltrato sistemático e institucionalizado a los animales son muy evidentes.

El símil entre el trato a los animales y el Holocausto ha sido tratado por varios escritores notables.

El autor judío Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura en 1978, describió el tratamiento que dan los humanos a los animales como un eterno Treblinka. ​ La comparación comenzó inmediatamente después del final de II Guerra Mundial cuando los escritores judíos relataron la falta de resistencia de las víctimas judías europeas del Holocausto, que fueron dirigidas hasta su muerte como ovejas al matadero. Singer, destacado vegetariano, escribió en The Letter Writer, En relación con los animales, todos los humanos son nazis; para los animales, el mundo es un Treblinka sin fin.

Otro Premio Nobel de Literatura, J.M. Coetzee (2003), invocó la imagen del matadero en la novela Elizabeth Costello al describir el trato que los nazis habían dado a los judíos: … en el siglo XX, un grupo de hombres poderosos y de mente sangrienta en Alemania tuvieron la idea de adaptar los métodos de los almacenes industriales, desarrollados y perfeccionados en Chicago, a la matanza, o lo que ellos preferían llamar el procesamiento, de seres humanos.

No obstante, la innecesaria matanza de los animales en mataderos se debe a causas diferentes a las del Holocausto. Los seres humanos no odian a los animales. El pretexto es distinto porque no existen conflictos ideológicos ni teológicos con los animales, su muerte se debe al especismo, a la explotación hasta la muerte de los más vulnerables por intereses económicos en un sistema absolutamente injusto.

Autora: Helena Escoda Casas, Historiadora y antrozoóloga, profesora de ciencias sociales

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