El veganismo es un movimiento en continuo crecimiento, y como tal, aparecen distintas corrientes, una que va ganando cada vez más adeptos es el frutarianismo.

¿Qué es el frutarianismo?
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Corrientes del veganismo: el caso del frutarianismo

Desde hace algunos años, ha aumentado la conciencia respecto a los Derechos de los animales, la lucha para combatir el cambio climático y la voluntad para mejorar nuestra alimentación… y así, tantas otras motivaciones que han conducido a la convergencia de valores que han contribuido a la difusión del conocimiento de la cultura vegana y toda su diversidad.

El crecimiento del movimiento vegano, como es natural en cualquier forma de desarrollo del pensamiento humano, en sí mismo ha generado una gran diversidad de opiniones, enfoques y elecciones personales, pues la diversidad es innata en la condición humana. No es extraño que, en el seno del mismo movimiento vegano, existan corrientes diversas o incluso autocríticas, puesto que un veganismo basado en el modelo consumista, considerando únicamente en eliminar la compra de productos que contengan derivados de origen animal, no es suficiente para llevar un estilo de vida realmente sostenible y respetuoso con el planeta y sus habitantes. Pensar que el veganismo se reduce únicamente a seguir una dieta es, sin duda, un grave error, pero también lo es pensar que solamente existe una única tipología de veganismo. La comunidad vegana está formada por personas muy diversas.

¿Qué son el crudiveganismo y frutarianismo?

Entre las corrientes más destacadas son muy significativas aquellas que además abogan por evitar el consumo de alimentos que se vendan envasados en plástico o procedentes de cultivos no ecológicos, así como tomar conciencia de la importancia de la procedencia de los mismos, pues flaco favor hacemos al planeta (y por ende a los animales) si a menudo compramos fruta que ha sido transportada desde miles de kilómetros. Los crudívorosveganos son aquellos que prefieren comer los alimentos crudos, aunque los suelen cocinar a temperaturas que no excedan los 40ºC, ya que es aproximadamente la temperatura máxima que pueden alcanzar los alimentos expuestos al sol.

El frutarianismo es la alimentación a base de frutas, hortalizas, verduras clasificadas botánicamente como frutos, algunos tipos de legumbres, frutos secos y semillas

Entre las distintas corrientes veganas, una opción en crecimiento es el frutarianismo, que algunos consideran una moda, pero para otros es un estilo de vida propio y genuino para vivir en armonía con el Planeta y sus habitantes. El frutarianismo, también conocido con el nombre de frugivorismo, comparte los fundamentos principales del veganismo, basados en la voluntad de evitar la explotación, el daño y la muerte a los seres vivos, cuyo principio básico es la alimentación a base de frutas, hortalizas, verduras clasificadas botánicamente como frutos, algunos tipos de legumbres, frutos secos y semillas. Además de los comestibles de origen animal, suelen excluir también algunos tipos de cereales y todos aquellos alimentos en que se requiera matar a la planta para cosecharlos, puesto que la opción frugívora extiende sus principios éticos también a las plantas porque también las plantas son seres vivos.

La filosofía frutariana

Algunos de los partidarios de esta opción se basan en el argumento que la dieta de los ancestros de la especie humana era frugívora, es decir: que nuestros ancestros seguían una dieta básicamente compuesta por frutas de manera natural, como se puede comprobar por analogía observando la dieta de otras especies de primates. Esta teoría, no obstante, no cuenta con un acuerdo unánime de la comunidad científica, pues algunos expertos consideran que nuestros ancestros eran animales omnívoros. Otros partidarios del frutarianismo se basan en motivaciones puramente éticas, en su voluntad de respetar las diversas formas de biodiversidad que existen en el planeta, plantas incluidas y, por ello, prefieren consumir solamente aquellas partes de las plantas que no exigen cortarlas por completo y solo consumen los frutos y/o las hojas.

La opción frugívora extiende sus principios éticos también a las plantas porque también las plantas son seres vivos

La filosofía frutariana tiene fuertes similitudes con los principios de una rama de la religión hindú, la jainista. Las normas alimentarias del hinduismo varían dependiendo de las diversas tradiciones, pero suelen recomendar la ahimsa, es decir, la no-violencia contra todas las formas de vida, incluidos, por supuesto, los animales y por ello muchos hindúes prefieren un estilo de vida vegetariano, lacto-vegetariano o vegano (según su tradición), pero los jainistas van un paso más allá, su base dogmática basada en la no-violencia aboga por evitar aplicar cualquier tipo de violencia sobre cualquier forma de vida, incluidas las plantas y solo se alimentan de aquellas cosechas que no requieran la muerte de la planta en sí. Actualmente, el jainismo es una religión minoritaria pero influyente con unos 4,2 millones de seguidores en la India.

Autora: Helena Escoda Casas, Historiadora y antrozoóloga, profesora de ciencias sociales

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