Diferenciar el vínculo que una persona tiene con el animal con el que convive, sea un perro o un gato, es vital para determinar si lo explota o lo respeta.

Explotadores vs. Compañeros: diferenciar el vínculo

Existe una creciente preocupación acerca del uso de animales para la mendicidad en las grandes ciudades, concretamente en Barcelona y Madrid, que conviene distinguir de la convivencia de animales con personas que, por desafortunadas circunstancias, se encuentran sin hogar. A diario, vemos a personas que pasan muchas horas en la vía pública acompañadas de perros o gatos de los que aparentemente se responsabilizan pero, ¿cómo podemos saber si los están explotando o si realmente tienen un vínculo equilibrado y respetuoso?

Desde FAADA entendemos que una persona usa o explota a un animal para la mendicidad cuando no tiene ningún vínculo afectivo con el mismo y cuando el único motivo para su tenencia es el lucro que le comporta. Tan sólo hace unos años, se daba una situación similar con niños y niñas y, hasta que las administraciones y la legislación no fueron contundentes, se produjeron muchos casos de explotación de menores. Actualmente, estamos observando una situación similar con animales, básicamente perros y también algunos gatos. Una situación que tiene el agravante de una normativa laxa o inexistente que a menudo deriva en vacíos legales y que además, deja a criterio del agente de la autoridad que interviene, decidir si el animal se está utilizando o no como reclamo.

En los últimos 10 años hemos denunciado casos de personas que utilizan animales para pedir limosna en las calles de la ciudad de Barcelona. A raíz de estas denuncias, se han conseguido varios decomisos hasta la fecha de hoy, e incluso, en 2013, la inhabilitación por el tiempo máximo que establece la ley de una persona que de forma reincidente maltrataba animales en la calle. Se trata de una tarea que en general implica recoger muchas pruebas, presentar continuadas denuncias y ejercer presión ante las administraciones para que las sanciones se ejecuten y sean contundentes, con el objetivo de frenar esta forma de explotación y maltrato por parte de personas que se declaran insolventes.

Las ciudades de Barcelona y Madrid tienen actualmente un volumen de explotación animal para la mendicidad que va en aumento

Algunas claves para detectar un caso de explotación

Conscientes de que a veces puede resultar difícil confirmar si existe o no explotación de un animal por parte de una persona que mendiga, y de que ante la duda es siempre recomendable solicitar que la administración competente o el cuerpo policial investigue, facilitamos algunos indicios que pueden ser útiles:

  • Aunque pueden tener animales adultos, prefieren los cachorros.
  • Existe un movimiento constante de animales, desaparecen y aparecen nuevos.
  • Presentan síntomas de estar bajo los efectos de drogas, permanecen dormidos o quietos, sin moverse durante horas.
  • Los animales muestran miedo o resquemor hacia las personas que están con ellos.
  • El mismo animal está bajo la custodia de personas diferentes.

Habitualmente, estas personas pueden conseguir un perro o un gato a través de diversos canales, como la cría ilegal por parte de personas particulares, a través de Internet, donde encuentran multitud de anuncios que provocan que el tráfico y las transacciones de animales alcancen cifras exorbitantes, hasta incluso pueden robarlos. De hecho, la sustracción de perros es una forma habitual de conseguir animales. Por este motivo, desde la fundación hemos reforzado el mensaje dirigido a la población y pedimos que las personas no dejen nunca y bajo ningún concepto solo a su animal.

Las ciudades de Barcelona y Madrid tienen actualmente un volumen de explotación animal para la mendicidad que va en aumento. Por ello hemos emprendido acciones con las Autoridades de Seguridad en la ciudad catalana solicitando que actúen contundentemente con los particulares o grupos organizados que llenan el centro de animales explotados. Al mismo tiempo hemos solicitado la redacción urgente de un protocolo de actuación para que los agentes intervinientes tengan la información y los conocimientos para discernir un caso de explotación de uno que no lo es, pudiendo estar acompañados por un experto que pueda valorar el vínculo. Además, como entidad integrante del Consejo Municipal de Convivencia, Defensa y Protección de los Animales de Barcelona, formamos parte del Grupo de Trabajo de modificación de la Ordenanza de Protección, Tenencia y Venta de Animales y hemos solicitado que se modifique el artículo 10.I ampliando la infracción a “Mendigar con animales o exhibirlos de manera ambulante como reclamo”.

Explotadores vs. Compañeros: diferenciar el vínculo

Auxiliar y no discriminar a las personas que respetan y estiman a su animal

Existen personas que por diversas circunstancias se encuentran en la terrible situación de vivir en la calle y que tienen como compañero de vida un animal con el que tienen un vínculo afectivo y de respeto. Algunas de estas personas van acompañadas de su animal al que jamás renunciarían pues muchas veces ese vínculo entre ellos es lo único que tienen. Por ello, desde FAADA trabajamos para ayudar a aquellas personas sin hogar que tienen un vínculo real con sus animales y que por falta de recursos o por adversidades de la vida han acabado en la calle. En colaboración con todos los entes profesionales implicados, públicos y privados, facilitamos la inclusión de estas personas para que puedan pernoctar en los albergues, acceder a los centros de día para asearse y alimentarse, a las viviendas sociales y de inclusión y a los comedores sociales. Paralelamente  -también en el marco del proyecto #MillorsAmics– nos ocupamos de facilitar atención veterinaria gratuita para garantizar la salud y el bienestar de los animales que conviven con personas de las que hemos comprobado, conjuntamente con los Servicios Sociales, que tienen un buen vínculo con el animal.

Es importante tener presente que las personas sin hogar y acompañadas de un animal ven muy reducidas sus posibilidades de salir de esta realidad, pues nos encontramos frente a un bucle que provoca una doble discriminación: vivir en la calle y no poder acceder a los servicios sociales por el hecho de tener un animal. Por ello es imprescindible valorar el vínculo de la persona con el animal para no convertirla automáticamente en una explotadora de animales.

Ante este volumen de animales explotados para la mendicidad y los animales que conviven con personas sin hogar, es vital que la administración afronte dos retos sin demora: por un lado elaborar y activar un protocolo para que las denuncias que desde las entidades y la ciudadanía interponemos por casos de explotación animal se resuelvan rápida y contundentemente y que prevalezca la acción de poner a salvo a los animales explotados. Por el otro lado, y para no correr el riesgo de perjudicar a esas personas que tienen un vínculo real con su animal, consideramos que hay que proporcionar a los agentes implicados los conocimientos y recursos necesarios para que puedan discernir y actuar en consecuencia en cada caso.

Finalmente, permitir que las personas sin hogar que tienen un compañero animal tengan acceso a los servicios sociales sin separarse de su compañero, es nuestro gran cometido dentro del proyecto #MillorsAmics. Más información en www.millorsamics.org

faadaAutora: Carla Cornella, presidenta de FAADA

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Publicado en Bueno y Vegano Noviembre 2018

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