Debido a los palpables efectos provocados por el cambio climático, los fenómenos meteorológicos se manifiestan cada vez de forma más abundante y virulenta, por tanto el riesgo de inundaciones, incendios forestales u otras catástrofes naturales, año tras año, es mayor. Tras la última crecida del río Ebro, miles de cerdos estabulados en granjas de Aragón murieron ahogados sin que se les diera, ni tan solo, la oportunidad de poder huir.
Los animales estabulados en las explotaciones ganaderas son las víctimas olvidadas de las catástrofes de origen natural o antropogénico, tales como inundaciones, tornados, incendios, etc.
En los grandes incendios que todos recordaremos en Galicia, murieron miles y miles de animales asfixiados y carbonizados.
En enero de 2018, un tornado afectó el Empordà (Girona) y otras comarcas catalanas. La fuerza del viento derrumbo los tejados de casas y granjas. Terneros con patas e incluso la columna vertebral rota, permanecieron durante días en las granjas esperando recibir asistencia… Y por no hablar del trato que reciben estos animales cuando se producen otros desastres de origen humano, como accidentes de tránsito… En ocasiones, los animales agonizan durante horas esperando la llegada de un veterinario que les practique la eutanasia. Por supuesto, todos estos animales quedan fuera de la línea de consumo y se indemniza a las empresas propietarias.
El fotoperiodista y activista por la liberación animal Aitor Garmendia, en su proyecto Tras los Muros, documentó el estado en el cual permanecieron cientos de animales durante las inundaciones provocadas por las riadas y desbordamiento del río Ebro el pasado mes de abril. La cámara de Garmendia grabó cientos de animales atrapados, ahogados o abandonados a su suerte en varias granjas que quedaron totalmente anegadas. Garmendia también denunció los casos en los cuales los ganaderos se negaron a salvar a los animales o las «amenazas» recibidas por parte de lugareños o vecinos cuando los activistas ofrecían ayuda para salvarlos… Pues, en estos casos, los animales son solo mercancía y sus pérdidas se compensan con indemnizaciones económicas.
Los ganaderos tienen problemas para sacar los animales de sus granjas cuando hay inundaciones pero no cuando los trasladan a mataderos
El Partido Animalista PACMA presentó una denuncia con la intención de que se considere la omisión de socorro. El Gobierno de Aragón había advertido de la previsión de crecidas, era necesario que se activara un protocolo para desalojar a los animales y garantizar su salvaguarda. Según un comunicado de PACMA, los propietarios de las granjas dejaron morir a los animales, en lugar de salvarlos, para asegurarse el cobro de la indemnización económica de las compañías aseguradoras.
En las riadas de 2015, cerca de 10.000 animales ya habían muerto ahogados en estas mismas granjas. También mueren muchos otros animales abandonados a su suerte como perros, caballos, aves, gatos,… Gracias a la organización de brigadas de rescate por parte de entidades animalistas, algunos animales pudieron salvarse de esta tragedia.
Autora: Helena Escoda Casas, Activista por los derechos de los Animales
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Publicado en Bueno y Vegano Julio-Agosto 2018