Muchas personas creen que el kéfir es una bebida fermentada que sólo se elabora con leche de vaca o de cabra. Y cuando inician una dieta vegana dejan de disfrutar de sus asombrosas propiedades. Nada más lejos de la realidad. ¿Cómo hacer kéfir vegano?

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Existen tres tipos de nódulos de kéfir con los que elaborar deliciosas bebidas probióticas vegetales, y todos son una fuente de salud para nuestra flora intestinal.

Nódulos de kéfir

Gránulos de color blanco que se suelen utilizar con leche animal para hacer una especie de yogur. Podemos utilizarlos perfectamente con leche de soja y nos sorprenderá el resultado. Cuaja en pocas horas y queda cremoso y muy agradable al paladar. Podemos utilizar leche de soja natural o con aromas y endulzada. Cuanto más dulce, más rápido es el proceso. Es necesario colar y lavar los nódulos a diario. No funciona tan bien con el resto de bebidas vegetales.

Tibi, nódulos de kéfir de agua

Estos nódulos son traslúcidos y más sueltos. La forma tradicional de uso es hacer con ellos una deliciosa limonada. Para un litro de agua necesitamos tres cucharadas de nódulos, dos de azúcar integral de caña, 2 higos secos y medio limón. Se echa todo en un recipiente de litro y medio y se deja uno o dos días, según la temperatura ambiente. Después se retiran los higos, se cuelan los nódulos y se exprime el jugo de limón, que se añade al agua. Las personas diabéticas pueden hacerlo sólo con higos, y sin azúcar. Los nódulos se alimentan del dulce  y no pasa al agua.

Tibi de frutas

Con los mismos nódulos de kéfir de agua se pueden elaborar todo tipo de deliciosas bebidas poniéndolos en zumos de frutas. Por ejemplo, si echamos los nódulos en mosto de uva, al día siguiente tendremos una bebida fermentada y con burbujas, pero con menos de 0.5 % de alcohol. Merece la pena probar combinaciones con naranjas, manzanas, mandarinas.

Kombucha o kéfir de té

Este nódulo tiene una forma diferente, ya que es como una gelatina que flota sobre el líquido y se adapta a la forma del recipiente. Se elabora con te rojo, negro o verde y azúcar integral de caña. Primero se hace el té y se deja enfriar, para no dañar el nódulo. Se coloca la kombucha en un recipiente de vidrio de boca ancha, con el azúcar y el té y se deja fermentar durante quince días antes de colarlo. Tiene un sabor delicioso. Se le pueden añadir también especias.

Lo importante de estas bebidas es que todas son el efecto de fermentaciones naturales y muy saludables para el intestino

Aportan bacterias beneficiosas que refuerzan la flora intestinal, el sistema inmunitario y previenen muchos trastornos, ya que evitan que otras bacterias patógenas colonicen el organismo. Regulan el tránsito intestinal, previniendo tanto estreñimiento como diarreas y protegen frente a enfermedades más graves. Su consumo cotidiano depura la sangre y aporta vitalidad.

Autora: Mercedes Blasco. Nutricionista vegetariana y filósofa

Mercedes Blasco es autora de:

  • Cómo cura el kéfir. RBA, 1998. Reeditado y revisado en 2012
  • Kéfir, un yogur para rejuvenecer. Océano Ámbar, 1999

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Bueno y Vegano Diciembre 2017

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