Naciones Unidas insta al Estado español a prohibir la exposición de los menores a las corridas de toros con el fin de protegerlos de su extrema violencia. El pasado 22 de enero, tuvo lugar en Ginebra la sesión pública entre el Comité de la ONU y la Delegación del Gobierno de España, durante la cual los representantes del Estado español fueron preguntados en varias ocasiones sobre diversas cuestiones relativas a la protección de los menores.

España, Toros y la ONU

Gracias a un detallado estudio presentado por la Fundación Franz Weber (FFW), relativo a los daños psicológicos que pueden sufrir los menores que son expuestos a este tipo de maltrato animal, elaborado con la asistencia científica de CoPPA (Coordinadora de Profesionales para la Prevención de Abusos), el Comité de los Derechos del Niño también se pronunció en contra de que España permita que niños, niñas y adolescentes participen y asistan a eventos taurinos, a fin de prevenir los efectos psicológicos dañinos, dada la violencia inherente en estas celebraciones.

El máximo organismo internacional en materia de derechos de la infancia, el Comité de Derechos del Niño, el cual evalúa el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), denunció que los recursos para combatir las consecuencias de la crisis económica en los niños han sido inadecuados e insuficientes y que esto ha llevado a un incremento de la pobreza infantil y la exclusión social. Asimismo, España también suspende respecto a la exposición de menores a situaciones de violencia, pues se permite la asistencia de menores a corridas de toros (como espectadores o toreros), encierros, becerradas, etc. Tradiciones crueles en las que se puede presenciar la agonía de uno o varios animales, algunos de ellos de muy corta edad.

La legislación española establece que debe protegerse a la infancia de la exposición a cualquier forma de violencia. Sin embargo, los menores de edad pueden entrar a las plazas de toros a presenciar cómo se tortura a los animales y también pueden ser formados en las escuelas taurinas en cómo ejercer esa violencia. Existe una contradicción entre los tratados internacionales de protección a la infancia, los cuales España ha firmado, y la realidad respecto a la infancia y su relación con la tauromaquia.

A pesar de las explicaciones de los miembros de la delegación española en Ginebra, estos no lograron convencer al Comité, por tanto, en las Observaciones Finales de los informes Quinto y Sexto, dirigidas a España, se ha incluido una instancia para modificar la legislación y prohibir la participación y asistencia de menores a las diferentes actividades taurinas.

No obstante, Naciones Unidas no ha condenado la tauromaquia ni ha solicitado formalmente su abolición.

Son tradiciones crueles en las que se puede presenciar la agonía de uno o varios animales

La comunidad pionera en abolir la tauromaquia fue Canarias el 17 de abril de 1991. En 1988, Cataluña prohibió la entrada de menores de 14 años a las plazas de toros (Ley 3/1988, de 4 de marzo). En 2008, el Parlament de Catalunya admitió a trámite una Iniciativa Legislativa Popular para un cambio legislativo que permitiera la abolición de la tauromaquia mayor en Cataluña. Esta fue aprobada en julio de 2010. Sin embargo, el Tribunal Constitucional, atendiendo un recurso presentado por el grupo parlamentario del Partido Popular, anuló esta resolución. No obstante, no se han vuelto a celebrar corridas de toros en Cataluña, pero se siguen celebrando correbous, fiestas de carácter popular, en las que según diversas denuncias presentadas y documentadas por organizaciones animalistas, participan menores de 16 años, edad mínima de participación establecida por la Ley Catalana que regula los correbous (Ley 34/2010 de 1 de octubre). Recientemente, el Parlamento de las Islas Baleares aprobó la Ley 9/2017 de 3 de agosto para abolir la muerte de toro en el coso, pero, igual que la Ley catalana, esta fue suspendida rápidamente por el Tribunal Constitucional.

Salvo estas tres comunidades, en el resto, los menores están desprotegidos de los efectos psicológicos dañinos que produce la exposición al maltrato animal.

Autora: Helena Escoda Casas, Licenciada en Historia (UAB)

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Publicado en Bueno y Vegano Abril 2018

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