Coexistir de forma ética con el jabalí es nuestra responsabilidad. Los seres humanos somos el mayor causante de su proliferación así que tenemos la obligación de buscar soluciones éticas que prevengan y minimizen el daño que les infringimos.

Jabalí perseguido activismo veganismo

En los últimos 20 años, la población de jabalíes (Sus scrofa) ha aumentado de forma exponencial en diversas zonas del territorio español. Este crecimiento provoca que convivan con las personas en pueblos y ciudades, y a su presencia le atribuimos conflictos a menudo. Registramos incidentes en las zonas rurales, como daños en campos de cultivo, y también en el entorno urbano, donde remueven contenedores de basura en busca de alimento, provocan accidentes de tráfico, utilizan los espacios verdes urbanos como refugio y pueden provocar daños a las personas si se sienten amenazados.

Según indican los últimos estudios realizados, las causas de este crecimiento pueden deberse a varios factores tales como:

  • El aumento y conservación de la masa forestal, que es su sustento
  • La ausencia de depredadores naturales (lobos, zorros, osos y águilas)
  • La reducción y transformación progresiva de su hábitat debido a la fragmentación de las áreas boscosas para abrir nuevas vías de comunicación y urbanizaciones. Asimismo la transformación de las prácticas agrícolas que dedican grandes extensiones de terreno a la plantación de trigo y similares, les facilita encontrar alimento altamente energético de forma sencilla.
  • La hibridación con el cerdo doméstico favorecida por el sector cinegético y la cría y suelta de ejemplares en cautividad para repoblar diversas zonas.
  • El clima atemperado que deriva en unas temperaturas más suaves, favorece que la población se haga más fuerte y resistente y que mejore la eficiencia con la que se reproducen.

Ante este volumen de individuos, las administraciones y autoridades competentes llevan años concediendo permisos para abatir tantos ejemplares como sea posible en los periodos hábiles de caza -comprendidos de octubre a febrero- y, a su vez, dando carta blanca para autorizar batidas de forma excepcional y como emergencia cinegética cualquier día y durante todo el año.

La caza del jabalí, una práctica cruel de graves efectos colaterales

La caza, además de la crueldad que implica a los individuos animales, provoca efectos devastadores en el medio ambiente, como el vertido de plomo y otros residuos que contaminan los bosques, las aguas subterráneas, la flora y la fauna. Además, la caza obliga a los animales a huir de las zonas forestales, provocando que los jabalíes se dispersen por todo el territorio, también hacia las zonas más urbanas. Las batidas aumentan la huida de los jabalíes hacia las carreteras, forzándolos a alejarse de sus lugares de descanso en las zonas forestales. Esta evasión, influida por la actividad cinegética, provoca accidentes de tráfico de los que se analizan las colisiones provocadas por jabalíes, y se constata que el mayor número tienen que ver directamente con el periodo de batida.

Dicho de otro modo, los accidentes de tráfico ocasionados por jabalíes son consecuencia directa de la caza mayor

Pero eso no es todo, no se puede olvidar que la actividad de la caza genera un agravio a los otros usuarios de las zonas forestales, a las personas que no cazan y que quieren circular libremente para disfrutar de la naturaleza. Finalmente y otra gran afectación tiene que ver con el maltrato que se infringe a miles de perros cada año. Mayoritariamente son animales empleados como herramienta, condenados a vivir siempre en una jaula, a criar sistemáticamente en el caso de las hembras y que son abandonados o asesinados cuando ya no son útiles. Los índices de abandono de estos perros son estremecedores, de hecho, en Cataluña, desde FAADA hicimos un estudio del volumen de perros que permanecía en los refugios de animales abandonados en 2013 y constatamos que el 65% de la población eran de razas puras o cruzadas de caza.

Desafortunadamente para el lobby cinegético, y a pesar de haber matado y seguir matando e hiriendo un número indecente de jabalíes y jabatos cada año, recientemente, los programas de seguimiento que las administraciones públicas emprenden para el control del censo de la densidad de población, demuestran la poca efectividad de la caza. De hecho, prueban que la población de jabalíes, lejos de disminuir, está aumentando.

Ante esta situación, y con la finalidad de evolucionar hacia métodos éticos de gestión ambiental, donde los intereses de los animales se tengan en cuenta de forma real, es imprescindible aportar soluciones alternativas a la caza, por ética y por responsabilidad.

Jabalí

Avanzar hacia un modelo de convivencia más respetuosa es posible

Existen distintas iniciativas piloto alrededor de Europa que promueven un control ético de la población de jabalíes a través de la esterilización, eso significa que atacan la raíz del problema en lugar del síntoma. En España, el Departamento de Salud Animal y Anatomía de la Facultad de Veterinaria de Barcelona, con la colaboración de la Universidad Autónoma, la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña, impulsan la puesta en marcha de un programa piloto para esterilizar a los jabalíes de forma inocua a través de una vacuna y mantener así un mayor control sobre el número de individuos con los que convivimos. El objetivo es evaluar la efectividad del tratamiento para controlar éticamente la población de jabalíes en áreas periurbanas. El tratamiento consiste en aplicar una vacuna al jabalí para retardar la pubertad en los animales jóvenes, de modo que la tasa de reproducción y natalidad global disminuya y la población se estabilice. Se capturan algunos ejemplares usando trampas específicas con alimento, y una vez capturados, se les toma muestra de pelo y saliva y se les coloca un crotal para tenerlos identificados y trazar sus desplazamientos.

Con este proyecto se pretende ampliar los estudios que ya se han hecho tanto en Inglaterra como en EEUU donde se ha podido comprobar la eficacia de los anticonceptivos en el control de las poblaciones. En Cataluña, el proyecto cuenta con la participación de ayuntamientos adyacentes al Parque de Collserola en Barcelona y al Parque de Sant Llorenç del Munt y los municipios de Matadepera, Vacarisses, Terrassa y Sant Martí Sarroca. Este último cuenta con el firme compromiso de su alcalde que, de forma ejemplar, está gestionando la convivencia ética entre la población de jabalíes y las personas. Tras encargar un estudio profesional que diagnosticó la problemática real del municipio midiendo distintos parámetros, ha planteado las medidas oportunas para prevenir y evitar que los jabalíes se acerquen al núcleo urbano.

Las propuestas para prevenir que los animales se acerquen al nucleo urbano son extrapolables a todos los municipios y tienen que ver con tres tipos de acciones:

  • Ecológicas: habilitar zonas de alimento en las zonas forestales, favoreciendo la presencia de encinas, higueras y para que dispongan de alimento suficiente en los bosques y evitar así que se desplacen a los núcleos urbanos. A su vez, mantener charcas para que no tengan dificultad en encontrar agua.
  • Concienciación y civismo: Dignificar la imagen del jabalí como especie autóctona resaltando su función ecológica e informar a las personas sobre los problemas derivados de alimentarlos directamente (posibles ataques, transmisión de enfermedades, destrozos, etc.). Evitar dejar restos de alimento en los puntos de alimentación para la fauna urbana o que éstos no sean accesibles para los jabalíes y depositar los residuos dentro de los contendores.
  • Protección: Instalación de vallados, pastores eléctricos, repelentes sonoros, olfativos y visuales, contenidores antivolcaje de basura, desbrozar y reducir la densidad arbórea en las urbes, etc.

Nuestra sociedad es responsable de fomentar una convivencia respetuosa y ética para con todos los seres vivos, también los jabalíes

faadaPara más información sobre gestión ética de jabalíes ofrecemos asesoramiento y apoyo a los ayuntamientos y ciudadanos en www.faada.org

Carla Cornella, presidenta de FAADA
Bueno y Vegano Septiembre 2017

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