Los datos del informe, que comparan la situación entre 2005 y 2015, no representan ninguna sorpresa para las entidades de protección animal que llevamos años alertando de esta situación.

Abandono de animales

El pasado 3 de agosto en Barcelona se presentaron oficialmente los datos de un informe realizado por los Agents Rurals, en colaboración con los investigadores de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona, sobre el abandono de animales de compañía en Cataluña.

Los datos del informe, que comparan la situación entre 2005 y 2015, no han representado ninguna sorpresa para las entidades de protección animal que llevamos años alertando que la situación lejos de mejorar, empeora.

Transcurridos 10 años desde el último estudio, ha aumentado un 16% la ocupación de los centros de acogida, que, a pesar de seguir en el mismo número (120), tienen que albergar a 9.856 animales más.

Sólo el 13% de los centros cuenta con la colaboración por parte de técnicos municipales, y tan solo un 6,6% de los ayuntamientos se implican en la adopción.

En 10 años solo se ha conseguido un aumento del 7% de las identificaciones en perros y un 4% en gatos, así que estaríamos hablando que pasados 19 años desde la obligatoriedad de la identificación con microchip sólo el 25% de los perros y el 5% de los gatos de Cataluña están identificados.

Estas cifras, tan necesarias para tener una radiografía de la realidad de nuestro país, confirman que la sociedad todavía actúa con una gran irresponsabilidad respecto a la tenencia de animales y que las administraciones no han puesto ningún interés en poner freno a esta lacra moral y social que es el abandono de animales.

Con la excusa de la falta de recursos económicos, los ayuntamientos se han lavado sistemáticamente las manos para hacer cumplir una ley, que si bien en su momento fue muy avanzada, ha brillado sobre todo por su falta de aplicación por parte de las administraciones responsables de hacerla cumplir. Porque la realidad es que para hacer prevención no hace falta un gran dispendio de recursos económicos, simplemente interés.

Durante estos últimos 10 años los ayuntamientos responsables en competencia de animales de compañía no han realizado campañas de concienciación ni informativas: en Cataluña por ejemplo, los particulares tienen prohibido criar sus animales, un dato que la sociedad sigue desconociendo. Así mismo, no se han realizado campañas de identificación, de esterilización, ni para promover la adopción.

Todo este tipo de trabajo, excepto por algunas ciudades y municipios que realmente se han implicado, ha recaído en las entidades privadas de protección animal y en los particulares que destinan su tiempo y sus recursos a poner solución prácticamente en soledad: no solo no tienen un aliado en las administraciones, sino que, en algunos casos, acaban encontrando en éstas un obstáculo.

Hay que puntualizar además que estos datos tan sólo corresponden a los animales que llegan a los centros de acogida. Pero hay muchísimas entidades sin refugio que gracias a sus colaboradores rescatan y acogen animales en casas de particulares. Sin contar además todos aquellos perros y gatos que son salvados y adoptados por familias que se los encuentran, o los que acaban falleciendo: todos ellos no entran en las cifras oficiales de abandono.

En definitiva, con estos datos se constata el fracaso de los ayuntamientos y de la Generalitat de Catalunya en poner freno al abandono y en concienciar a la ciudadanía.

Para cambiar esta situación es imprescindible realizar mucha pedagogía y empezar a imponer sanciones ejemplares a los criadores ilegales y a quien abandona y maltrata a un animal.

Fuente: FAADA – faada.org

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