Hay muchos factores que desencadenan el malestar, la depresión, los dolores físicos y la enfermedad, pero sin duda el principal, es el cuerpo emocional y la incoherencia de nuestras acciones con lo que sentimos y pensamos. El yoga puede ser una solución.

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Cuando no estamos alineados con lo que sentimos, pensamos y hacemos, aparecen los dolores, a todos niveles. Y esta es la forma que tiene el cuerpo de avisarnos de este desalineamiento hacer-pensar-sentir. Es decir, de que no estamos actuando según lo que nos dicta el corazón.

Yoga significa unión

Unión del cuerpo, de la mente y del espíritu, por tanto, es la unión de lo que hacemos, pensamos y sentimos. A través de la práctica del yoga, alineamos nuestra conciencia con lo que pensamos y con lo que hacemos. Y ese es el único camino hacia la verdadera felicidad, el camino hacia el bienestar y la paz interior.

Hay 7 tipos de yoga: Bhakti (devoción), Gñana (conocimiento), Nada (vibración interna a través del sonido), Mantra (repetición de cantos sagrados), Hatha (asanas o posturas y pranayama o control de la respiración), Raja (meditación) y Karma (acción desinteresada).

A través de la práctica de cualquiera de los 7 tipos de yoga podemos iluminarnos logrando el alineamiento perfecto entre cuerpo-mente-espíritu. En Occidente, el tipo de yoga más extendido es el Hatha Yoga, en el que, a través de las posturas de yoga y la respiración consciente, fluye la energía y se expande nuestra conciencia, alineándola con el corazón y las acciones. Gracias a estos flujos energéticos, las limitaciones del cuerpo se desvanecen y entonces descubrimos que nuestra verdadera naturaleza es ilimitada, abriéndonos las puertas hacia la libertad, desde donde experimentaremos la verdadera felicidad.

¿Qué beneficios obtenemos de practicar Yoga?

En el aspecto físico…

  • Mejora la salud y la disponibilidad ante el mundo.
  • Aumenta la conciencia corporal.
  • Aumenta la flexibilidad, el equilibrio y fortalece el cuerpo.
  • Armoniza el cuerpo.
  • Se desvanecen nuestras limitaciones físicas y mentales.
  • Desaparece la tensión mental, instalada en los músculos en forma de contracturas.
  • Las posturas (asanas) mantienen la columna alineada y contribuyen a enviar sangre y energía a los plexos nerviosos.

En el aspecto energético…

  • El yoga te ayuda a despertar la energía y desbloquear los nudos de tensión físicos y psíquicos.
  • Al desbloquearnos, nos energiza y vitaliza. Aumenta la energía vital.
  • Aumenta nuestro electromagnetismo (nuestra luz interior).

En el aspecto orgánico…

  • Crea salud en todos los sistemas funcionales del cuerpo.
  • Disminuye la congestión interna de los órganos digestivos, estimulándolos y favoreciendo la buena asimilación de los nutrientes.
  • Favorece la eliminación, estimulando el peristaltismo intestinal y purificando los riñones y el hígado.
  • Fortalece las funciones respiratorias y aumenta la capacidad pulmonar, oxigenando y alcalinizando el cuerpo.

En el aspecto mental…

  • Aporta serenidad.
  • Aumenta la claridad mental, la atención y la concentración.
  • Se desarrolla el poder de auto-observación y atención plena (mindfullness) y, como fruto de esto, comprendemos la naturaleza del pensamiento y aprendemos a controlarlo y vivir el presente.

En el aspecto psico-anímico…

  • Desaparecen los miedos, las ansiedades y las depresiones.
  • Nos aporta comprensión, aceptación y amor en la realidad de uno mismo.
  • Aumenta el nivel de aspiración para conectar con nosotros mismos.
  • Nos ayuda a indagar dentro de nosotros mismos, a conocernos mejor y encontrar las causas de las situaciones conflictivas que nos presenta la vida.
  • Nos aporta alegria y bienestar.

El yoga

Parte II

Hay muchos factores que desencadenan el malestar, la depresión, los dolores físicos y la enfermedad, pero sin duda, el principal es el cuerpo emocional y la incoherencia de nuestras acciones con lo que sentimos y pensamos.

Cuando no estamos alineados con lo que sentimos, pensamos y hacemos, aparecen los dolores, a todos niveles. La dolencia y la enfermedad es la forma que tiene el cuerpo de avisarnos de este desalineamiento hacer-pensar-sentir. Es decir, de que no estamos actuando según lo que nos dicta el corazón.

A través de la práctica de yoga podemos iluminarnos logrando el alineamiento perfecto entre cuerpo-mente-espíritu. Un camino a la iluminación que remonta en la India, 5.000 años atrás.

Esta herramienta perfecta para el nuevo milenio, puede ir disfrazada de mil formas y nombres, como Hatha Yoga, Vinyasa, Ashtanga, Mindfulness, etc. Al final, Yoga, en todas las culturas, es ese estado divino que nos conecta con el presente y con nuestra verdad más profunda, aportándonos más consciencia y dicha a nuestra vida. En la cultura oriental, se consigue desde dentro hacia fuera, a través de los centros energéticos o nadis. En la cultura occidental, al revés. A través del movimiento de la respiración, el estiramiento del cuerpo y la fuerza muscular, llegamos a los canales energéticos. Lo que es adentro, es afuera y viceversa. El resultado, siempre será el mismo: conectar, unir e iluminar.

No hay nada más reconfortante que salir de nuestro intenso trabajo y sintonizar con nuestro cuerpo y nuestro corazón a través de una clase de yoga o meditación.

Hoy día sabemos que el yoga nos aporta muchos beneficios también a nivel físico: un aumento considerable de nuestra capacidad respiratoria y oxigenación, cosa muy positiva en cualquier cura de cáncer, un aumento considerable de la resistencia de los deportistas y el rejuvenecimiento de las mujeres posmenopáusicas, por citar algunos ejemplos. Por tanto, podemos hablar del yoga como una ciencia o medio terapéutico.

En 1990, un estudio de una prestigiosa universidad americana, nombraba el yoga como remedio para curar enfermedades cardiovasculares. El cardiólogo Dr. Valentí Fuster, cita en uno de sus libros que a los pacientes que le llegan desbordados por el estrés, les recomienda practicar yoga, ya que es la técnica más completa de integración de los tres remedios anti-estrés: técnicas de relajación, actividad física y meditación. Incluso en el hospital donde trabaja, han abierto una unidad que ofrece yoga como terapia a pacientes estresados.

¿Por dónde empezar y qué tipo de yoga elijo?

Hay estilos de yoga y niveles para todos los gustos: hay quien necesita movimientos lentos y suaves y hay quienes necesitan más intensidad y dinamismo durante la clase para poder relajarse al final.

Prueba varias clases de yoga cerca de tu casa o de tu trabajo y quédate con la que te aporte mejor sensación de paz y bienestar al finalizar la clase.

Autora: Eva Roca, Coach en Salud  Vitalista y Profesora de Yoga
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